DANIEL ANTONIO DE LEÓN MEJÍA
Asesor de Gobierno Electrónico
Para lograr una transformación digital, es necesario un esfuerzo sustantivo de Estado, para movilizarse de una cultura análoga en la que los trámites significan papeleos eternos y atados a horarios laborales, hacia una modernización significativa del país, en la cual todas las gestiones puedan realizarse desde cualquier dispositivo móvil 24 horas al día, los 7 días de la semana. Esto requiere la capacidad de tener una visión holística del mismo Gobierno, donde los ciudadanos están en el centro, tener un enfoque de país que incluya a todos los sectores de la sociedad y a todos los niveles de gobierno. Una hoja de ruta para un gobierno digital requiere simultáneamente un cambio de cultura institucional y un modelo organizativo, esfuerzo que conlleva nuevos métodos y procesos que aprovechan las tecnologías de la información y la comunicación (TIC´S), para que las instituciones públicas atiendan las necesidades de los ciudadanos y empresas de forma eficiente, transparente y segura. Los componentes de esta agenda digital son: Gobernanza e instituciones: debido a la necesidad de promover una visión general, coordinar actores dentro y fuera del Gobierno y brindar asistencia técnica a muchas instituciones públicas, se necesitan cuatro elementos principales: Tener un plan de gobierno digital; Una institución rectora que esté a cargo; Mecanismos de gobernanza y Gestión operativa.
Marco regulatorio: en el país existen muchos marcos regulatorios y es seguro que no se adaptarán a las nuevas realidades que exige la transformación digital. El desarrollo de nuevas normas legales ayuda a brindar seguridad a los modelos digitales. De esta forma se puede: Verificar la identidad: firmar documentos de forma electrónica o llevar un registro de transacciones en línea. Regular vulnerabilidades que surgen en el ámbito digital, protección de datos y ciberseguridad: tomar en cuenta la importancia que tiene la seguridad jurídica sobre todo en el ámbito público, por lo tanto, es imprescindible que todas las herramientas, procedimientos y los sistemas tengan un sustento legal. Talento digital y gestión del cambio: actualmente es imposible liderar la transformación digital de un país sin las herramientas adecuadas. Por supuesto, gran parte de la transformación descrita anteriormente es la compra de bienes (hardware y software), contratación de personal, etc. No obstante, el éxito depende en gran medida de la transformación interna de las instituciones y funcionarios públicos, para lo cual se necesita: tener el personal adecuado que pueda liderar el cambio en la administración, capacitar a los empleados públicos, gestionar el cambio de forma ordenada, con base en criterios e instrucciones dadas y con siguiendo las reglas preestablecidas. Infraestructura y herramientas tecnológicas: no cabe duda de que el corazón de la transformación digital se encuentra en las diferentes herramientas tecnológicas utilizadas. Mientras surgen aplicaciones como las aulas virtuales en la educación o la telemedicina en el área de salud, se deben considerar las buenas prácticas, principalmente en sistemas centrales, compartidos y de apoyo como la firma electrónica avanzada, la interoperabilidad, la gestión de datos, etc.
Nuevos procesos y servicios digitales: la transformación digital requiere no solo tecnología, sino el uso eficiente e inteligente de dicha tecnología, pasando de una gestión lenta, cara a cara y basada en papel a una gestión basada en tecnología, accesible las 24 horas del día, los 7 días de la semana en cualquier momento y en cualquier lugar, sin largas esperas. Lo que es más importante, debe evitarse la “confusión o burocratización automática”. En el ámbito público hay oportunidades para lograr la transformación digital en cada ministerio. En la comisión GAE se apoya e impulsa a los 14 ministerios para la implementación del Plan de Gobierno Digital 2021 – 2026, en conjunto avancemos hacia el desarrollo y la transformación digital de nuestro país.