Frank Gálvez
Locutor y Periodista
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Cuando tenía unos 5 años de edad tuve un espantoso accidente donde caí desde un segundo nivel solo para atravesar una puerta de vidrio con mi cuerpo, sobreviviendo milagrosamente después de una cirugía mayor. Es el momento de mi vida donde me di cuenta de lo temporal que es todo. Cada vez que veía la cicatriz en mi brazo izquierdo mientras crecía, pensaba. ‘¿Qué es la vida?’ ‘¿Qué es la muerte?’ ‘Si es la voluntad de Dios que yo siga vivo entonces, ¿cuál es Su razón?’
Esta pregunta me atormentaba, pero no podía encontrar una respuesta exacta. La muerte significaba un ‘misterio’ para mí, más que una fuente de miedo. Mientras buscaba el significado de la vida y la muerte, encontré a la vera del camino una reflexión: Lo que vayas a hacer con tu existencia ¡hazlo ahora! Un día dejarás de existir, así que no tiene sentido propagar odio, ira, rencor, chismes, incomprensión. En lugar de eso, ¡da amor y vive al máximo! Nuestras vidas rompen esquemas pues seguimos luchando en contra de la corriente. Hay un principio y un final para nuestro cosmos, pero en el medio hay un universo infinito de recuerdos, pensamientos y emociones.
La vida y la muerte son un hilo, la misma línea vista desde diferentes lados (Lao Tse).
Porque estamos vivos aprovechamos los momentos. Por ejemplo, una partícula podría existir en una cantidad infinita de posiciones en el universo y podría estar en cualquier lugar, pero está exactamente dónde está cumpliendo su función. Esta misma idea, esta paradoja, encarna la totalidad de nuestra existencia como humanos. Debido a que vivimos, debemos tomar decisiones difíciles basadas en el instinto que pueden traernos angustia o felicidad, providencias que nos definen. Es pasar el Rubicón. Y porque morimos es que los sacrificios que hicimos tienen algún significado. Leonardo Da Vinci lo explico alguna vez: “Así como un día bien empleado trae un sueño feliz, así una vida bien utilizada trae una muerte feliz”.
El truco es no rendirse. Al igual que la muerte es un fin en un lado del plano de la existencia, el nacimiento es el reflejo de un nuevo comienzo. Puedes exigir que el viaje se detenga, pero en realidad solo se mueve a otra ubicación. Ya lo dijo J. K. Rowling a través de Albus Dumbledore: “Después de todo, para una mente bien organizada, la muerte no es más que la siguiente gran aventura”. Este próximo 1 de noviembre enaltezcamos a quienes se nos adelantaron, recordando su memoria con la alegría que causa el haber sido honrados con su presencia en un universo de posibilidades infinitas y movimiento perpetuo.
