Lic. Francisco Leal
Dirección de Investigación, DIADI/INAP
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La innovación en administración pública es un proceso que modifica las ideas los elementos o los protocolos que ya se han venido utilizando pero que ya no funcionan, mejorándolos o creando nuevos que impacten de manera favorable el desempeño de las entidades públicas en la generación de valor público. Innovar en administración pública es, por lo tanto, mejorar conceptos, procesos y estrategias que aporten nuevas opciones para atender las necesidades de los ciudadanos creando nuevos servicios que modifiquen significativamente sus condiciones de vida.
Para ello se requiere que las entidades públicas conozcan a profundidad las necesidades de los ciudadanos y las debilidades que tienen para atenderlas, para que puedan establecer con propiedad los cambios o la innovación que se deben hacer para que dichas necesidades sean satisfechas de manera integral, y generen las oportunidades y las capacidades para que los ciudadanos pueda ser los autores de su propio desarrollo.
La innovación en las entidades públicas puede darse en las diferentes áreas de sus modelos de trabajo, tales como el enfoque, la estructura administrativa, su marco legal y normativo, los procesos, los servicios, su cultura organizacional y las aplicaciones tecnológicas, entre otras, pero siempre pensando en como generar valor para los ciudadanos o para las entidades que se deben atender.
Innovar procesos, por ejemplo, significa el deseo de mejorar los servicios existentes para asegurar el logro de los resultados contemplados.
Innovar procesos, por ejemplo, significa el deseo de mejorar los servicios existentes para asegurar el logro de los resultados contemplados en los planes estratégicos. Esto significa que la innovación en los procesos debe partir de caracterización y estandarización de la calidad de los servicios, lo cual, a su vez, se origina de la claridad que se tenga de las necesidades, gustos y expectivas de los ciudadanos.
La innovación en los procesos implica tener un criterio de simplificación y automatización para acortar los tiempos y reducir los costos de prestación de los servicios, pero tambien incluye la sistematización de estos para garantizar que los cambios serán permanentes en el tiempo y no dependan de una persona en particular.
Esto implicará incluir nuevos softwares de apoyo a la gestión institucional, generar nuevas formas de contacto con los ciudadanos y generar nuevas competencias para el personal, así como un cambio en el paradigma tradicional de prestación del servicio sin ningún concepto del valor que estos pueden generar.