Marlon Leonel García Estrada
Guatemala es un país lleno de personas con ilusiones, esperanzasy deseos por cumplir cada meta que se proponen. Cada día un guatemalteco se levanta y lucha por ser mejor. En este mes se celebran 201 años de independencia, pero más que celebrarla, hay que defenderla, dando cada día un paso más a la libertad.
Es emocionante ver a cientos jóvenes correr llevando como estandarte una antorcha que representa el fuego de libertad y conmemorativo de la independencia que hoy rememoramos; además de bandas escolares, que, al toque del redoblante, la lira y el bombo, muestran su entusiasmo, alegría y anhelos por hacer que Guatemala sea cada vez más grande.
Actividades como estas son posiblemente comunes, pero ver las manifestaciones de formación cívica, luego de dos años de pandemia, es una muestra de esperanza y de aliento por recuperar esos valores cívicos, que deben ser acompañados de la ética como práctica efectiva del comportamiento de cada guatemalteco. ¡Debemos celebrar la independencia… pero, aún más, debemos construir Patria! Esa patria que además de haber nacido en esta tierra, los vínculos con su historia y sus leyes sean cada vez más apegados a la realidad que viven los jóvenes guatemaltecos.
Celebrar 201 años de independencia nos debe llevar a construir Patria.
Es muy cierto que además de estas manifestaciones cívicas de septiembre, es necesario generar una participación ciudadana activa y el involucramiento de los jóvenes en los problemas que les afectan.
Desde Conjuve se promueven acciones, en coordinación con otras instituciones que buscan abrir espacios de sensibilización, promoción, empoderamiento y aplicación de valores y principios éticos.
En la Política Nacional de Juventud, en su eje de Participación, se contempla contribuir a la participación ciudadana, que impulse el ejercicio responsable y una práctica que sume a todos los sectores del país y que con la UNIDAD social y política seamos cada vez más democráticos y libres.
Es tarea de la juventud continuar su formación ciudadana, acompañada de participación y ser siempre cuestionadores de los procesos que les rodean y así ondear una bandera azul y blanco, con tal pureza y conciencia que poco a poco veamos a la juventud optando por cargos y espacios de toma de decisión.