Dr. Jorge Antonio Ortega G.
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Los eventos continúan contribuyendo a la escalada del conflicto y se visualizan nuevos frentes de confrontación, como el del istmo centroamericano, y ahora surgen las controversias en la región del Báltico, la mayor amenaza se cierne sobre Lituania, por su proximidad con Bielorrusia, y de igual manera las repúblicas de Letonia y Estonia.
El espectro de la guerra se esta expandiendo, buscando el aumento de la muerte y la devastación. Parece ser que las negociaciones de paz se encuentran empantanadas y que las sanciones económicas y otras medidas de presión para detener esta confrontación no tienen la suficiente fuerza para visualizar un alto al fuego.
Rusia amenaza a Lituania por bloqueo, y asevera de las graves consecuencias a las restricciones que ese país de la OTAN y la Unión Europea impuso al tráfico del ferrocarril hacia el enclave ruso de Kaliningrado. El enclave corresponde a una salida estratégica de los rusos hacia el mar Báltico, de hecho es un puesto avanzado militar que les permite un contacto inmediato con Europa. Es una región fronteriza entre Polonia y Lituania, de extremado interés geopolítico en este momento, debido al beneficio de contar con dos puertos libres de hielo para los moscovitas. Algo de suma importancia y de interés para todos es la colocación en el enclave de misiles hipersónicos, antes del ingreso de las tropas que invadieron Ucrania.
El espectro de la guerra se está expandiendo, buscando el aumento de la muerte.
Este enclave fue producto del empate de la Guerra Fría, un territorio ruso en la costa báltica europea donde la más mínima desestabilización podía desatar la contienda nuclear. Por su posición estratégica se consolidó como un refugio seguro de embarcaciones, espías y almacenes de armas y municiones. Es un territorio de 15 mil kilómetros cuadrados, habitado por un millón de personas, quedó como una cuarta república báltica con raíces profundas en la Iglesia ortodoxa.
Los caballeros teutónicos cristianos la fundaron en 1200, con el nombre de Königsberg; tres siglos más tarde terminó siendo parte del Imperio de Prusia y posteriormente de Alemania. Entre 1871 a 1945, la región estuvo sucesivamente bajo el control del Imperio alemán, la República de Weimar y la Alemania nazi. Por el Acuerdo de Yalta, tras la derrota alemana, Königsberg quedó dentro de la órbita soviética, pasó a ser la región 47 de la Unión Soviética y fue bautizada como Kaliningrado en honor al revolucionario bolchevique Mijail Kalinin.
Con la disolución de la Unión Soviética y la independencia de Lituana y Bielorrusia, en 1991, el enclave se mantuvo como parte de la Federación Rusa. En 2005, en el aniversario 750 de la creación de Königsberg/ Kaliningrado, al que asistieron líderes de las potencias europeas, Putin reafirmó que el estatus del enclave no podía ser cuestionado de ninguna manera y reveló su interés en la creación de una Europa continental, antiamericana, dirigida por Rusia, con Alemania y Francia teniendo como centro neurálgico de esta alianza.
Por el momento es una confrontación mediática, donde las partes apelan a compromisos legales y políticos de la Unión Europea que no se están respetando. Mientras en el mar Negro los puertos siguen bloqueados, lo cual no permite el abastecimiento de millones de toneladas de granos, y lo cual contribuye al aumento en el costo de alimentos y la escasez en algunas regiones del mundo.
Con el uso de la prospectiva es posible la construcción de escenarios probables a futuro, y todo indica la propensión a generar una serie de teatros de operaciones en diferentes latitudes para desarrollar un caos global que obligue a poner en pie de guerra a un sinfín de
naciones.