Diana Herrera
De acuerdo con las declaraciones del presidente López Obrador, brindadas el año pasado, la “Celac puede serel principal instrumento para consolidar las relaciones entre los países de América Latina y el Caribe y alcanzar el ideal de una integración económica con Estados Unidos y Canadá, en un marco de respeto a nuestras soberanías”. Estas palabras vienen a sumarse la importancia que tiene la región latinoamericana en velar por sus intereses en organismos internacionales que representen sus necesidades y contextos. No se abordan aún en el debate, las diferencias entre la Organización de Estados Americanos (OEA), y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) como organismos de choque entre sí, sino como instituciones complementarias. Esto al referirnos a que la Celac propiamente es un foro de discusión que abarca con mayor atención las diferencias políticas que existen en la región. Sin embargo, existe un ala de Estados que exclaman poder reemplazar a la OEA con la Celac, en su mayoría son países que cuestionan la Carta Democrática Interamericana. Los nuevos gobiernos de la región latinoamericana tienen una característica creciente ola ideológica de tendencia social de izquierda, lo que mueve el péndulo hacia una independencia del control de los Estados grandes frente a los Estados en desarrollo. En el panorama internacional, se tiene prevista una nueva cumbre de la Celac para este año, bajo la presidencia de Argentina, se propone invitar al presidente estadounidense, para poder desarrollar agendas en conjunto con los Estados miembros. Este posible hecho, ¿lleva a la reflexión sobre si las próximas cumbres serán de carácter birregional?, de preferencia para poder avanzar en los asuntos transnacionales de importancia, y lograr más fuerza estatal que presencia de organismos internacionales; dicha reflexión podría ser aplicada a una próxima cumbre birregional entre Celac y Unión Europea, cuya presidencia pro tempore está a cargo de Argentina, y tiene previsto impulsar nuevamente este acercamiento en su período. Asimismo, en la pasada IX Cumbre de las Américas, Argentina llevó una agenda representativa también de la Celac, y se enfatizó nuevamente que se debe trabajar con todos los Estados de Latinoamérica unida, sin exclusión alguna. Debido que se está en un tiempo de incertidumbre, de crisis global producto de la pandemia y de la guerra y sus consecuencias, lo que se necesita es generar espacios encuentro donde se pueda discutir desde las diversidades y el respeto. No cabe duda de que la vía para enfrentar este tipo de discrepancias sobre el rol de los organismos internacionales, en contextos complejos, está cada vez más en apostar al birregionalismo.