Leonel Guerra Saravia
Se presentó una propuesta de ley que busca prevenir la violencia en las escuelas públicas mediante mayor atención a estudiantes y a padres de familia. La iniciativa fue planteada por la diputada Lucrecia Marroquín de Palomo, con el acompañamiento de representantes del sistema de justicia y seguridad de Guatemala.
Entre las personas que acompañaron a la legisladora destacó la abogada Verónica Galicia, jueza de control y ejecución de medidas para adolescentes en conflicto con la ley penal. Para fomentar la paternidad responsable, se crea la Escuela de Padres de Familia.
Se crea el Departamento de Psicología Escolar en cada sector educativo público para brindar atención permanente a los casos remitidos por los docentes y directores o a requerimiento de los educandos y padres de familia. En coordinación con la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia de la República, se crean los Centros Educativos de Atención y Estimulación temprana para niños y niñas en edades de 0 a 4 años. Se incluyen en el Currículum Nacional Base temas que incidan en el respeto y resolución de conflictos como prevención de la violencia en el entorno familiar, escolar y comunitario.
Se debe buscar actividades que le mantengan ocupado y lejos de esa zona.
Implementa actividades que incluyan cursos de dibujo, pintura, escultura, danza, teatro y música, entre otros, en los diferentes niveles educativos. Se plantean reformas al Código Penal, a efecto de imponer sanciones para los padres de familia que no asistan al programa de Escuelas para Padres sin causa justificada.
Sabemos que existen causas que comprometen a niños y jóvenes a ingresar en una pandilla. Sabemos que los factores que influyen en los jóvenes a pertenecer a una pandilla, radican en la debilidad del sistema educativo, el desempleo, la exclusión social y la necesidad que tienen algunos jóvenes de solventar los problemas familiares e individuales.
Para evitar que nuestra juventud se degenere, es importante alejarlo de la zona que lo inste a ser pandillero, que reduzca gradualmente su relación con otros pandilleros conocidos. Cuanto menos esté en la zona, mejor. Se debe buscar actividades que le mantengan ocupado y lejos de esa zona.
Conseguir un trabajo en otro vecindario, y especialmente, darle buen ejemplo, los padres de familia, etc. Todos los guatemaltecos estamos obligados a velar por el porvenir de la juventud. Las soluciones posibles que podrían darse están establecer centros de orientación, realizar talleres y campeonatos para explotar las habilidades de los jóvenes, mantenerlos ocupados haciendo deporte, buenas amistades y que comprendan que deben superarse para vivir en armonía.