Ana Sánchez de la Nieta
Revista Nuestro Tiempo
Habrá tiempo de hablar de los Oscar. De momento, este es el relato de unos famosísimos premios de cine que, en menos de un año, se desvanecieron de la faz de la Tierra después de un reportaje de investigación publicado en un periódico. Como todo cuento, este peca de reduccionismo.
Pero el desmayo (de momento) y quizás fallecimiento definitivo de los Globos de Oro podría contarse así. Es una historia de brillo, fama, éxito, dinero, traiciones y mentiras. Una parábola de lo fácil que es desaparecer del mapa en este siglo XXI si no mimas tu reputación. Aunque te apoyen cientos de estrellas de Hollywood (que dejarán de hacerlo el minuto antes de que pierdas tu buena imagen) y seas capaz de emitir una gala que veían 20 millones de personas.
Pero, ¿qué ha pasado con los galardones que presumían de ser la antesala de los Oscar y se jactaban de tener más audiencia y mejor alfombra roja que los premios de la Academia de Hollywood? Para entender por qué los Globos de Oro han caído en desgracia, hay que conocer un poco su historia.
Las nominaciones habían sido especialmente polémicas.
En 1943, 23 corresponsales crearon la Asociación de la Prensa Extranjera en Hollywood (HFPA son sus siglas en inglés) y un año después dieron sus primeros premios, a los que llamaron Globos de Oro. La asociación fue creciendo, hasta llegar a noventa miembros.
En 1955 se añadió la categoría de televisión y, en 1958, la cadena americana NBC empezó a retransmitir la gala, primero para Los Ángeles y, seis años después, para todos los Estados Unidos.
Pronto comenzaron las primeras informaciones de falta de transparencia en la selección de candidaturas y de chanchullos en las películas premiadas. Aunque estas acusaciones suspendieron la emisión de los premios alguna vez, las aguas siempre volvían a su cauce.
Pero esto cambió después de la ceremonia de 2021. Las nominaciones habían sido especialmente polémicas. Entre ellas, la de Music (una película vapuleada por la crítica) como mejor musical y la de Emily in Paris, que se postulaba (contra todo pronóstico) como mejor serie.
Unos meses antes, Paramount, la productora, había invitado a treinta representantes de la HFPA a un exclusivo viaje para conocer las localizaciones de la serie. Volvía a saltar el rumor (nunca desmentido del todo) de los generosos regalos que recibían los miembros de la asociación.
Continuará…