Sebastián Toledo
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Una de las estrategias de intervención adoptada por las agencias de cooperación en los últimos años es la consideración de las organizaciones representativas de personas con discapacidad como contraparte de proyectos y programas.
Esta acción se asume para fortalecer las capacidades técnicas, administrativas y políticas de los movimientos asociativos del sector, en coherencia con las orientaciones de la Convención Sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, específicamente en su Artículo 32.
La Convención establece los lineamientos para que en todo esfuerzo de cooperación técnica y financiera entre países se tenga en cuenta a la población con discapacidad como grupo meta de los distintos proyectos.
Así como estos esfuerzos, existen otros que se deberán ir documentando oportunamente.
Tal iniciativa conlleva la inclusión de técnicos y profesionales con discapacidad en calidad de responsables y ejecutores, una modalidad de trabajo que cada día cobra mayor relevancia. En 2019, se estableció en Guatemala la Asociación Danesa de Personas con Discapacidad, con un proyecto que busca el fortalecimiento de las organizaciones del sector, donde se cuenta al momento con la participación de alrededor de 20 asociaciones de la sociedad civil.
En 2021, la Organización Panamericana de la Salud, en apoyo a la Red Latinoamericana de Organizaciones de Personas con Discapacidad, generó los apoyos para que la Asociación Guatemalteca de Personas con Discapacidad ejecutase un proyecto en el contexto del Covid-19.
A partir de 2022, la Christian Bling Mision apoyará un proyecto encaminado al empoderamiento y sustento económico de las personas con discapacidad en 12 departamentos; específicamente, en la gestión y administración de emprendimientos.
Así como estos esfuerzos, existen otros que se deberán ir documentando oportunamente, para que instituciones y oenegés puedan ir evaluando cómo sumarse a estas iniciativas. Una de las principales dificultades de las organizaciones de personas con discapacidad es la carencia de recursos financieros, algo que se presenta como un obstáculo para atender esta estrategia de intervención.
Por tal razón, las instancias responsables de velar y apoyar el asociacionismo del sector deberán encaminar sus acciones para que las distintas organizaciones fortalezcan sus capacidades administrativas y políticas.