Marzo cobra especial importancia porque se conmemora el Día Internacional de la Mujer, fecha que nos trae a la memoria las protestas de mujeres trabajadoras de fábricas de textiles en Nueva York en 1911, donde fueron reprimidas y varias de ellas murieron en aquel fatídico incendio.
Así como ese suceso, que fue el punto de partida que marcó un horizonte trazado por las propias mujeres, surgieron varios movimientos que demandaban su participación en la vida política, académica, laboral, entre otros espacios, con el propósito de alcanzar la igualdad de derechos y garantía del ejercicio de los mismos.
Para lograr su participación en distintos espacios de la sociedad, las mujeres han tenido que organizarse y luchar contra actitudes machistas que en forma atávica han pasado de generación en generación y por lo mismo se han arraigado en el imaginario social. Es lamentable que la imposición de estos valores surja de la propia familia, considerada como bastión de la sociedad.
El Censo de 2018 indica que la población con discapacidad en Guatemala está mayormente representada por mujeres.
Dentro del mismo sector, se encuentran las mujeres con discapacidad, quienes además de ser discriminadas por su género, han sido excluidas por manifestar alguna deficiencia física, mental o sensorial. A muchas se les ha impedido conformar una familia o han sido esterilizadas sin su consentimiento, porque para sus padres o tutores es inaceptable que puedan ser madres.
A lo que se suma la interdicción que elimina la capacidad jurídica de la mujer, considerado como un acto cruel de discriminación y los casos de violaciones a mujeres sordas en comunidades indígenas, víctimas de una cultura oralista, donde estos hechos no son denunciados. Además, el abandono que viven algunas mujeres por parte de su pareja cuando un niño o niña nace con discapacidad.
La Política Nacional en Discapacidad refiere que los flagelos como la discriminación y la pobreza tienen rostro de mujer. El Censo de 2018 indica que la población con discapacidad en Guatemala está mayormente representada por mujeres; es decir, 752 154, equivalentes al 53.39 por ciento.
Los derechos han sido creados para ejercerlos, y marzo nos hace reflexionar en que las mujeres han luchado por el cumplimiento de estos, siendo un desafío de todos los sectores que los gocen a cabalidad y en plenitud.