Héctor Morales
Oficina de la Coordinación Residente hector.moralesdelgado @un.org
Las ciencias básicas son aquellas que nos enseñaron en la escuela o colegio, como matemáticas, física, química y los estudios de la naturaleza, por mencionar algunas. Al acercarse el Día Internacional de la Educación, el próximo 24 de enero, es importante compartir que este año tiene entre sus dedicatorias el de las ciencias básicas.
En la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) del 25 de noviembre de 2019, se aprobó una resolución de apoyo para que la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamara el 2022 como Año Internacional de las Ciencias Básicas para el Desarrollo Sostenible.
En la pandemia, la ciencia es la que debe guiar las acciones para proteger las vidas.
El acuerdo fue avalado por los Estados miembros, en reconocimiento al valor que revisten las ciencias básicas para la humanidad y de una mayor conciencia mundial. Se indica también como el fortalecimiento de la enseñanza de las ciencias básicas son esenciales para lograr el desarrollo
sostenible.
Se destaca en la resolución que las aplicaciones de las ciencias básicas son fundamentales para lograr avances en la medicina, la industria, la agricultura, los recursos hídricos, la planificación energética, el medioambiente, las comunicaciones y la cultura.
Indica que las ciencias básicas y las tecnologías emergentes responden a las necesidades de la humanidad al dar acceso a la información y mejorar la salud y el bienestar de las personas, las comunidades y las sociedades.
Con esta resolución se recuerda la importancia de las ciencias básicas para impulsar el pensamiento racional e innovador y una sociedad basada en el conocimiento, particularmente en momentos donde los desafíos por controlar virus y otras amenazas pasa por contar con información y evidencias que ayuden a contrarrestarlas.
Decenas de academias en todo el mundo y redes científicas han expresado su apoyo a dedicar este año a este importante tema, por lo que se invita a todos los Estados miembros, a instituciones académicas, la sociedad civil, los particulares y el sector privado, a observar la importancia de las ciencias básicas para el desarrollo sostenible y crear conciencia al respecto, de conformidad con las prioridades nacionales.
En la educación con las ciencias básicas, todos deben tener oportunidades de aprender. Precisamente esta semana, el Secretario General de la ONU, en su discurso de apertura del Foro Económico Mundial, en Davos, hizo ver la necesidad de hacer caso a la ciencia y procurar la igualdad de oportunidades.
Consideró una evidencia “brutal” la desproporción en la distribución de riqueza y atención a emergencias como la pandemia, pues se ha ido afectando a mucha gente durante los dos últimos años: “Si dejamos a alguien atrás, al final todos quedamos atrás. Si no vacunamos a todas las personas, damos lugar a nuevas variantes que se propagan a través de las fronteras y paralizan la vida cotidiana y las economías”.
También se refirió a los problemas que genera la financiación de la deuda a los países en desarrollo, cuando indicó que “si no reducimos las desigualdades, lastraremos el progreso económico de todas las personas en todos los países”.
El Secretario delineó tres áreas principales de actuación: abordar la pandemia de Covid-19 con “equidad y justicia”, la reforma del sistema financiero mundial “para que funcione en todos los países” y respaldar una auténtica acción climática en los países en desarrollo. El año de las ciencias básicas nos ofrece la oportunidad de impulsar más el conocimiento y la educación a todo nivel.
También para evitar y combatir la desinformación guiándonos por lo que diga la ciencia. Y lo que nos está diciendo es que hay que vacunarnos y evitar los contagios de la Covid-19, siguiendo los protocolos de las autoridades nacionales en materia de salud. Así que a preparar actividades para dar más importancia a las ciencias básicas.