Israel Gómez Córdova
Biblioteca INAP [email protected]
Es importante señalar que, incluso cuando las intenciones de un gobierno a través de una estrategia de este tipo son genuinamente altruistas, no siempre repercuten en ventajas para todos. Como todo en la vida, el equilibrio nos persigue y provoca ciertas concesiones para sostener cada situación. A grandes rasgos, es casi imposible satisfacer las necesidades de todo un pueblo por medio de una sola política pública: probablemente, para que un gran porcentaje de los ciudadanos se vea beneficiado considerablemente, habrá una minoría que sufra alguna molestia, alguna consecuencia negativa. En general, las políticas públicas tienen una mejor apariencia cuando se anuncian que finalmente son llevadas a la práctica.
Esto ocurre por diferentes errores en la etapa de diseño, por faltas de atención o de previsión que se detectan demasiado tarde. La negociación entre el sector público y el privado es otro rasgo imposible de ignorar en este campo: los intereses económicos son demasiado fuertes, como para que el Gobierno pueda implantar sus políticas sin una previa conversación con las empresas.
Toda política pública se hace con un fin
determinado.
En una realidad ideal, los resultados de una política pública son fáciles de percibir a través de una serie de mejoras en las condiciones de vida, ya sea en el ámbito laboral, estudiantil, sanitario, etcétera. Sin embargo, en la mayoría de los casos, las exigencias burocráticas dificultan el acceso de muchas personas y pequeñas empresas a los planes de ayuda, de manera que el concepto de política pública pierde parte de su supuesto carácter para beneficiar tan solo a una porción de la población. Las políticas públicas son las sucesivas respuestas del Estado, del régimen político o del gobierno de turno frente a situaciones socialmente problemáticas. Toda política pública se hace con un fin determinado, específico y concreto: para solucionar problemas, pues (como una caja de herramientas) es muy útil para componer situaciones y es la metodología ideal para arreglar malos entornos o ambientes malintencionados. Concebidas así, las políticas públicas son una alternativa que tiene la responsabilidad para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, pues es la forma más apropiada y hasta ahora la más comúnmente utilizada para transformar la realidad y el ámbito social.