El 24 de octubre fue declarado como el Día Mundial de la Poliomielitis, enfermedad que genera daños en el sistema nervioso y que deriva en lesiones físicas desde leves, severas, hasta la muerte. Es una de las pandemias que han afectado al mundo con secuelas en cientos de miles de seres humanos, tanto en lo personal como en lo familiar. Se conocen casos desde 1910, pero fue declarada como pandemia en 1950, por lo que llevó a los organismos mundiales a la búsqueda de una vacuna para su erradicación.
Gracias a una vacuna desarrollada por el médico Jonar Salc, en 1955, el virus de la polio se ha logrado erradicar en muchos países desde principios de los años 90 del siglo pasado, aunque sigue siendo una amenaza en naciones donde la cobertura de vacunas es deficiente.
Ya que se considera que en comunidades de Asia aún hay niños que presentan parálisis a consecuencia de este virus, pero puede que no se registren casos en otros países, ante la fragilidad de las políticas de salud. Sin embargo, aunque el virus se haya logrado combatir y erradicar en la niñez, las personas afectadas se enfrentan a las secuelas del denominado síndrome post polio. Después de los 40 años de edad, el 70 por ciento de quienes hayan sido contagiados por el virus tropiezan con otras dificultades, ya que sus lesiones tienden a agravarse, son más susceptibles a infecciones y al deterioro de su salud en general.
Fue declarada como pandemia en 1950.
En Guatemala no se tienen registros oficiales sobre cuántas personas fueron afectadas por la poliomielitis, pero existe una significativa cantidad de conciudadanos en proceso de organización y que buscan los medios para superar los efectos del síndrome post polio.
Porque, además de enfrentarse a los efectos de esta enfermedad, se ven limitados en el ejercicio de sus derechos, al igual que el resto de la población con discapacidad. Quienes se han logrado organizar plantean que el asunto debe colocarse en la agenda de la Comisión de Salud del Congreso de la República, a efecto de impulsar una legislación en la materia que garantice su acceso a medicamentos y, de esa manera, hacer efectivos los compromisos asumidos por el Estado ante la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Han establecido una plataforma de comunicación para unirse en una lucha más que justa, urgente y necesaria.