Amedida que la pandemia del Covid-19 concluye su segundo año, la calamidad ocasionada por esta ya ha tenido un efecto manifiesto en la salud mental de las sociedades.
Un nuevo estudio publicado en la revista científica Lancet pondera el impacto del Covid-19 en todo el mundo. Los autores crearon un Indice de impacto de Covid-19 basado en dos medidas asociadas con trastornos depresivos y de ansiedad: el peligro de infección y la prohibición de movilidad. Luego, utilizaron este para estimar el cambio en la prevalencia de trastornos en 204 ciudades, estableciendo que los casos de depresión crecieron un 28 por ciento por encima de los niveles de 2019; y los casos de ansiedad aumentaron un 26 por ciento.
Un número considerable de personas hallará que su ansiedad dura un tiempo inusualmente largo (sin disminuir) provocando que su vida sea poco más o menos inaguantable. Inclusive aquellos que son capaces de desenvolverse con normalidad relatan su agonizante existencia como si estuvieran esperando el final. El alto nivel de estrés daña sus cuerpos, aumentando los riesgos de enfermedades cardíacas a mediano y largo plazo.
”Suavizar las penas de los otros es olvidar las propias.“ Abraham Lincoln.
Este estado es conocido como trastorno de duelo prolongado y el aislamiento hace que las personas sean más vulnerables a él. Hay tantos aspectos de la pandemia que van a ser factores de riesgo para las personas que tienen dificultades para adaptarse a las pérdidas, dice Katherine Shear, psiquiatra de la Universidad de Columbia y fundadora del Center for Complicated Grief.
Las cosas que sabemos que predisponen a las personas a problemas y afecciones de salud mental se han incrementado en su conjunto, dice Victor Ugo, médico especializado en políticas de salud mental para la United for Global Mental Health, en Londres. Por su parte la angustia posiblemente se deba al miedo a la enfermedad, pérdidas económicas y a las tensiones familiares por el encierro Indica la psiquiatra Marcella Rietschel del Instituto Central de Salud Mental en Mannheim, Alemania.
Y a pesar de todo esto, debemos ser conscientes que ahora más que nunca es cuando debemos demostrar la verdadera fuerza que reside en nosotros mismos. Es indiscutible que gracias al esfuerzo de profesionales de la salud cada día que pasa nos acercamos más al final de esta catástrofe.
No dejemos que la depresión y la ansiedad nos quiten lo mejor de nosotros antes de llegar a la meta: luchemos por un mejor mañana por todos aquellos que dependen de nosotros y por los que ya no están. Meditemos al respecto.