Rodrigo Fernández Ordóñez Director Presidente
Comisión Nacional de Energía Eléctrica
Continuando con las notas que preparó el ingeniero Leonel López Rodas para la edición conmemorativa de la Ley General de Electricidad (LGE), por sus 25 años de vigencia, comenta: “En el artículo 50 de la Ley de Desmonopolización del INDE se estipuló la obligación del Ejecutivo de presentar, en un plazo no mayor a 6 meses, una iniciativa sobre la Ley General de Electricidad. Al no atender dicha estipulación, el 8 de agosto del año 1995 presenté la iniciativa denominada: Ley de Desregulación y Libertad Eléctrica, que se basaba en la libertad para la generación y transmisión o así para la distribución, la cual era regulada por constituir un monopolio natural”. Dicha ley proponía la creación de la Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE), que se integraría por 3 profesionales propuestos por las universidades, Colegio de Ingenieros de Guatemala y por el ministro de Energía y Minas. También se proponía la creación de un administrador del mercado mayorista, “…que coordinaría en un marco de libre contratación de energía eléctrica entre generadores, grandes usuarios y distribuidores, estableciendo precios de mercado de corto plazo para la transferencia de energía entre los generadores cuando ellas no correspondan a contratos de largo plazo, así como la garantía de la seguridad de abastecimiento…”, explica López Rodas en el documento.
La Comisión de Energía del Congreso de la República conoció la propuesta en 1996, y se dispuso hacerle cambios al texto original.
La Comisión de Energía del Congreso de la República conoció la propuesta en 1996, y se dispuso hacerle cambios al texto original, que fue tomando forma de Iniciativa de Ley gracias al esfuerzo de varios técnicos, entre los que destaca López Rodas. Participó el entonces director general de Energía, ingeniero Enrique Moller, quien fue el primer Presidente de la CNEE cuando se aprobó la ley mencionada. “Cuando se tuvo la certeza de contar con un documento completo que llenara todas las expectativas, se iniciaron los acercamientos con diferentes bancadas para obtener el apoyo necesario dentro del Congreso de la República. De igual manera con diferentes sectores del país, algunas cámaras empresariales y sindicatos, entro otros. Se realizaron varias presentaciones, en las cuales se contaba con la participación entusiasta del doctor Luis Flores Asturias…”. La idea original era hacer de la CNEE un ente autónomo; sin embargo, al momento de las negociaciones entre las bancadas del Congreso, no se logró contar con los votos necesarios, de tal cuenta que la ley fue aprobada gracias al voto favorable de la bancada del PAN, partido oficialista del momento, que contaba con mayoría relativa en el Congreso. Así, la LGE se promulga el 16 de octubre de 1996, trasladándola al Ejecutivo para su publicación en el diario oficial, el 15 de noviembre de 1996. En su trabajo, al que hemos recurrido continuamente en estas columnas, el historiador Javier Calderón, citando a López Rodas, apunta: “…Álvaro Arzú los apoyó y los dejó tomar las consideraciones que ellos creían correctas y no se le ha dado crédito por eso.
El presidente Arzú tenía consciencia que la reforma tenía que ser llevada hacia adelante…”. La LGE, como herramienta clave para el desarrollo del país que un mes más tarde lograba firmar los Acuerdos de Paz con la URNG, tras la guerra de 36 años, apunta López Rodas: “…La Ley está fundamentada en la libertad y la participación privada, permitiendo que los guatemaltecos decidan su futuro, invirtiendo en un sector de tanta importancia. Por esto considero que el Título I es fundamental, porque en él se indica que es libre la generación y no se requiere autorización y condiciones previas por parte del Estado y que el transporte y todos aquellos que sean propietarios de líneas deben dar el servicio sin excepciones, mediante un pago de peaje. Son libres los precios por la prestación del servicio de electricidad”.