Cristian Otoniel Montufar Vásquez
Coordinador de Programas de la Escuela de Gobierno y Gestión Pública. [email protected]
Una gran mayoría de personas en nuestra sociedad tiende a considerar que Estado y democracia son conceptos que poseen una intrínseca vinculación; sin embargo, esto no necesariamente es así, si entendemos que la democracia es solamente una de las formas de organización de un Estado. Por lo que se hace necesario partir de lo conceptual, y en esta primera entrega haremos mención únicamente del concepto de Estado.
De manera sencilla podemos establecer que Estado es una sociedad humana asentada de manera permanente en el territorio que le corresponde, sujeta a un poder soberano que crea, define y aplica un orden jurídico que estructura la sociedad estatal para obtener el bien público temporal de sus componentes.
Para que tengamos una construcción más técnica, el jurista español Francisco Porrúa Pérez define que el Estado “es una sociedad humana establecida en el territorio que le corresponde, estructurada y regida por un orden jurídico, que es creado, definido y aplicado por un poder soberano, para obtener el bien público temporal, formando una institución con personalidad moral y jurídica”.
Haciendo acopio de algunas ideas que el INAP sintetiza en su Curso de Certificación de Conocimientos en Administración Pública, el Estado se puede definir jurídicamente como la suma o el conjunto de los tres elementos fundamentales que lo componen: el territorio, el poder político o autoridad (leyes) y la población.
”El verdadero fin del Estado es, pues, la libertad.“ Baruch Spinoza.
Desde la Ciencia Política y la Sociología, se refiere a la forma en que se organizan políticamente las sociedades y al conjunto de instituciones que regulan la vida de los ciudadanos en un territorio específico.
En otras palabras, es el conjunto de estructuras económicas, sociales, políticas (legales) y culturales, que le dan forma a la sociedad. Cuando esas estructuras cambian profundamente, cambia el tipo de Estado (esclavista, feudal, capitalista, monárquico, autoritario, democrático).
El Estado es, entonces, depositario del poder político que la sociedad le delega y, por ley, tiene también la facultad de ejercer coacción sobre cualquier persona individual o jurídica dentro del territorio, para hacer que prevalezca el interés general sobre el interés particular.