Frank Gálvez
Locutor y periodista / [email protected]
En Pakistán, a los niños les solían pagar una nadería por tejer las mejores alfombras de Asia, pues sus diminutas manos podían hacer pequeños nudos muy apretados que garantizaban mercadería de calidad. Es justo en ese país donde hace 38 años nace Iqbal Masihque, quien fue vendido por sus padres a esta industria explotadora a la edad de 4 años para solventar las deudas familiares y luego pasó 6 años encadenado a un pesado telar, trabajando 12 horas de corrido, hilando. Ganaba una rupia diaria. En 1993, al cumplir 10 años y después de varios intentos frustrados, por fin escapa sin mirar atrás denunciando al dueño de la fábrica, alcanzando la aprehensión del primero y el cierre de la segunda y asimismo la liberación de más de 3.000 niños paquistaníes que estaban siendo obligados a laborar; posteriormente, asiste a la escuela del BLLF (Frente de Liberación del Trabajo en Servidumbre) para ex niños esclavos en el que por su tenacidad e inteligencia completa rápidamente una educación de 4 años en tan solo 2.
En una conferencia internacional del trabajo en Suecia, en 1994, habló sobre las condiciones que enfrentan los niños esclavos, creando conciencia mundial sobre la situación. Luego, viajó a Boston para recibir el premio Reebok Youth in Action, y en un discurso lleno de valor indicó: “Soy uno de esos millones de niños que están sufriendo en Pakistán por la esclavitud infantil, pero (…) Hoy, ustedes son libres y yo también lo soy”.
”Aquellos que niegan la libertad a los demás, no la merecen para sí mismos.“ (Abraham Lincoln).
Siempre expresó un deseo fehaciente de ser abogado. La Universidad Brandeis le ofreció una beca completa cuando cumpliera la edad suficiente, pero esto jamás sucedería: Iqbal había recibido varias amenazas de muerte de gente afín a la industria de las alfombras. Un domingo por la tarde de 1995, él y dos amigos montaban sus bicicletas cerca de su hogar, cuando un cobarde disparo a traición terminó con su existencia.
Tenía tan solo 12 años. Sus asesinos lo habían convertido en un mártir, y su voz en un legado. En la actualidad existen diversas edificaciones nombradas en su honor, libros sobre el tema y desde 2009 el Congreso de los Estados Unidos estableció el Premio Anual Iqbal Masih para la Erradicación del Trabajo Infantil. Este 23 de agosto es el Día Internacional para el Recuerdo del Comercio de Esclavos y su Abolición. Todos merecemos una vida digna, con respeto a nuestros derechos. Reflexionemos en la lucha que el pequeño Iqbal enfrentó en su corta vida, demostrando una valentía inquebrantable que aún hace eco alrededor del mundo.