Judith Alegría y Antonio Rubio Martínez
Revista Nuestro Tiempo
El vacío de su infancia hace que le añadan un primo de nombre Álvar Fáñez, dos hermanos y una madre enfermos que tienen que partir, y un padre ausente más entregado al reino que a la familia. Obras como Oliver Twist, Ana de las Tejas Verdes o Harry Potter no hubieran sido posibles sin el recurso del huérfano, tan extendido en la literatura infantil.
La serie de Jaime Lorente. Las distintas épocas han hecho con el Cid de la capa un sayo. Cada siglo ha creado de la figura el personaje que más le convenía.
También el Cid se ha adaptado a los niños sin reconstruir su infancia.
En la serie puede verse a un Ruy enviado a San Pedro de Cardeña (allá donde dejará, mucho tiempo después, a su mujer e hijas) para instruirse en cuentas y latines, algo que tanto Porrinas como Montaner reconocen en el Cid histórico. También el Cid se ha adaptado a los niños sin reconstruir su infancia. Ungenio Tarconi, un inventor en la serie del Pato Donald, creó una máquina del tiempo que, cómo no, falla. En lugar de enviar al sobrino del Tío Gilito a Los Ángeles de los años veinte, lo manda a la Zamora del siglo XI. No es la única vez que Disney se inspira en una obra literaria clásica, como en Los tres mosqueteros o el propio El rey león, que recrea de una manera velada el Hamlet de Shakespeare. En España, José María Plaza escribió en 2006 Mi primer Cid, que presenta una biografía novelada del personaje histórico como una adaptación del Cantar. Editado por Espasa y con ilustraciones de Ivlivs, acompaña a Mi primer Quijote y a toda la colección de Pequeña historia de… Antonio Hernández-Palacios, clásico de los cómics en España, publicó con Ikusager El Cid, una tetralogía que ilustraba la supuesta juventud del héroe castellano junto al infante don Sancho en hazañas inventadas o hechos históricos como en Las Cortes de León o La cruzada de Barbastro.
En los últimos tiempos, han surgido muchos y muy variados trabajos sobre el Campeador, porque, como dice Montaner, “está más vivo que nunca”. Entre las novelas que lo han tenido como protagonista en estas décadas del siglo XXI, destaca Sidi, de Arturo Pérez-Reverte. Su título proviene del nombre con que los musulmanes distinguieron a Ruy Díaz, y significa señor.
Y de sidi, cid. La novela recorre una pequeña parte de su destierro, en la que persigue a una tropa de almorávides o sirve al emir de Zaragoza en la guerra contra su hermano y sus aliados cristianos. El escritor cartagenero lo presenta más humano y, por tanto, con más debilidades; en román paladino, pasa más hambre. Sin embargo, mantiene muchos de los atributos que se le han añadido a la figura; por eso, pese a pelear por distintos señores, nunca rompe su juramento de fidelidad al rey Alfonso, aunque lo desterrara, y se niega a enfrentarse a él.
Continuará…