Por Guillermo Monsanto
Entre 2019 a lo que va de 2021, Guatemala ha sufrido una importante sangría de artistas visuales. Entre ellos, uno de los primeros fue Rodolfo Abularach, quien falleció por consecuencias derivadas del Covid-19. Este artista, que alcanzó un destacado cartel internacional, gozó de una relevante carrera que superó los 72 años de actividad. En el presente, el Museo Nacional de Arte Moderno Carlos Mérida le rinde un merecido homenaje por su trayectoria con una muestra que reúne obra desde los años cincuenta.
Su primera exposición se llevó a cabo en la Oficina de Turismo, en 1947, cuando contaba apenas con 14 años. Su trabajo temprano debió de ser notable para alcanzar una semblanza crítica publicada por León Aguilera, quien aprovechó el ejercicio para señalar su implícito descontento con la obra de Eugenio Fernández Granel y “las imitaciones serviles de las escuelas surrealistas”, seguidas por autores emergentes como Juan de Dios González, Rodolfo Marsicovétere o Miguel Alzamora Méndez. Momento histórico que lo sitúa fluyendo a la par de artistas definidos, pero con un lenguaje que el escritor calificó como personal. En este sentido, la aproximación a la muestra (escrita por Roberto Ossaye) anotaba para la posteridad que “la técnica del sketch” era “asombrosa” y que eran “dignos del más caluroso elogio los apuntes a tinta”.
Su primera exposición se llevó a cabo en la Oficina de Turismo, en 1947, cuando contaba apenas con 14 años.
Es en el territorio del dibujo que consigue resultados notables en las décadas del cincuenta y sesenta. Proyección que sublimará en el grabado. Por un breve lapso explora el surrealismo y se encuentra, generacionalmente, con una paleta que dialoga con algunos de los artistas ya listados en el párrafo anterior y Max Saravia Gual (de la Generación del 40), Efraín Recinos, Miguel Ángel Ceballos Milián, Víctor Manuel Aragón, entre otros pintores emergentes en el decenio del cincuenta. Finalmente, entre 1958 y 1959, emigra a Nueva York por 48 años para fluir en un medio más cosmopolita que lo llevaría a la internacionalidad. Es en este último año que expone por primera vez, en la sala de la Unión Panamericana de Washington, D. C., entidad que celebraría, en 2019, los sesenta años de aquella primera exposición en Estados Unidos.
Su obra se exhibe en museos como el de América (Washington D. C.), Museo de Arte Moderno de Nueva York, Instituto de Cultura Hispánica (Madrid), Unión Panamericana (Washington D. C.) y el Museo Metropolitano de Nueva York, amén de lo que hay en más de centenar de museos más en América y Europa. Ello, sin mencionar lo contenido en colecciones
particulares.
La muestra de Abularach en el Munam es una cátedra de virtuosismo. En ella hay grabados, dibujos, esculturas y pinturas llevadas a la máxima expresión. Este artista es uno de los más grandes representantes del arte visual contemporáneo, no solo por su presencia internacional sino por los resultados alcanzados.