Dr. Jorge Antonio Ortega G.
El general Morazán actuó desde la ilegalidad cuando invadió al Estado de Guatemala, en su carácter de presidente de la Federación, cuando ya no existía la República Federal. El resurgimiento del Estado de Los Altos fue un golpe duro para la integridad de nuestro país y patrocinado por las ambiciones políticas de Morazán de arrancar el monopolio del poder político a los guatemaltecos.
El Congreso reconoció, por decreto del 5 de junio de 1839, la existencia del Estado de Los Altos, situación que prevalecía cuando el doctor Rivera Paz fue restituido en la jefatura del Estado.
Entretanto se habían refugiado en el Estado de Los Altos lo más conspicuos liberales, como el doctor Gálvez, José Francisco Barrundia y Simón Vasconcelos. Estos emigrados empezaron a publicar en la prensa local serios ataques contra el gobierno de Rivera Paz.
Por lo anterior, el ministro general Manuel Francisco Pavón, por orden del gobierno de Guatemala, pidió explicaciones al Estado de Los Altos y, además, exigió la entrega de las armas que el general Agustín Guzmán había recogido a Carrera, según lo convenido en el Tratado de El Rinconcito; pero sus gestiones no prosperaron; se produjo un estado de guerra entre los dos Estados.
El general Francisco Morazán emprendió contra el Estado Soberano e Independiente de Guatemala a partir del 16 de marzo de 1840, ofensiva que puede ser explicada en contexto de las guerras entre
los Estados centroamericanos.
“Resuelta la expedición a Los Altos Rivera Paz organizó dos columnas. La una al mando del General Rafael Carrera, que debería invadirlo por el camino de Sololá; y la otra al del General Doroteo Monterroso, por el de la costa” (Villacorta, 1950). “El jefe altense Molina envió contra Carrera al General Agustín Guzmán, y contra Monterroso al Brigadier Doroteo Corzo. Pero habiendo derrotado a los quezaltecos en las alturas del Panajachel el 25 de enero de 1840, tomó prisionero a Guzmán en Sololá, y entró en Quetzaltenango el día 29. Mientras que Monterroso venció a Corzo en la acción del Bejucal. Carrera redujo a prisión a Molina y demás miembros del gobierno de Los Altos, y declaró reincorporado aquel Estado al de Guatemala”.
La Batalla de la ciudad de Guatemala en 1840. El general Francisco Morazán emprendió contra el Estado Soberano e Independiente de Guatemala, a partir del 16 de marzo de 1840, ofensiva que puede ser explicada en contexto de las guerras que ocurren entre los Estados centroamericanos en el transcurso del siglo pasado, como una trágica expresión de los partidos tradicionales: Liberal y Conservador.
Es fácil comprender que al general Morazán le resultaba sumamente incómoda la presencia del general Carrera, como árbitro indiscutido del Estado independiente de Guatemala, a pesar de que no ejercía la jefatura.
Esta afirmación se basa en que Morazán invadió Guatemala cuando ya no era presidente federal porque el pacto firmado por las Provincias Unidas se había roto en 1839 por decisión del Congreso Federal, la cual también sirvió de base para que, el mismo año, el doctor Mariano Rivera Paz proclamase la autonomía jurídica del Estado de Guatemala.
Los preparativos para asegurar la defensa de la ciudad capital fueron puestos en práctica de inmediato, tomando en consideración que ya se había iniciado la invasión a nuestro territorio. Según el doctor Lorenzo Montúfar, la marcha rápida de Morazán que se desplazaba sin encontrar ningún obstáculo desde la frontera hasta las goteras de la ciudad capital, había llenado de confusión y angustia a los capitalinos. Las campanas de la catedral teñían lúgubremente anunciado el peligro de la inminente ocupación de la ciudad. Desde luego que es muy comprensible que ese estado de ánimo se haya apoderado de los moradores citadinos, si se consideran los serios atropellos cometidos por Morazán en 1829.