Thelma Elizabet Portillo de Quintana
Secretaria de SOSEP [email protected]
El 26 de julio se celebró el Día de los Abuelos en nuestro país, fecha especial para reconocer a quienes son considerados los segundos padres y formadores de generaciones. Para muchos niños y jóvenes, los abuelos han jugado un papel muy importante en su vida, ya que son varios quienes cuidan de ellos mientras los progenitores trabajan, por lo que su rol en nuestra sociedad no puede pasar inadvertido. Dice un refrán: “Honor a quien honor merece” y, en el caso de los abuelos, es importante agradecerles por todo lo que en su momento hicieron por sus familias, y que con el tiempo su ejemplo sigue de generación en generación, a través de las anécdotas que se van guardando entre sus descendientes.
Los adultos mayores son parte importante también del desarrollo nacional, ya que el aporte a la construcción de un mejor país se da con base en su experiencia y sabiduría acumulada a través del tiempo. En SOSEP, los adultos mayores son de las prioridades en los programas sociales del Gobierno; en este caso, por medio de Mis Años Dorados, aportando a este grupo de la población desarrollo integral, facilitando, además, a los beneficiarios alimentación que, en estos tiempos de pandemia, se les entrega en sus domicilios, y también ha realizado diversas actividades que promueven el cierre de brecha generacional, por medio de convivencias entre niños, jóvenes y voluntarios.
Los abuelos son dignos de admirar, por todo lo que a través de los años nos han inculcado con su ejemplo y constancia.
En lo que va del año, se ha entregado ayuda alimentaria a más de 3 mil 500 beneficiarios de los 77 centros diurnos distribuidos en 19 departamentos del país, para con ello mejorar su calidad de vida, principalmente entre los más vulnerables, por medio de acciones que contribuyan a su alimentación y salud mental. Los alcances del programa han ido más allá de la misma cobertura, se ha logrado impactar en la vida de los adultos mayores, por medio del seguimiento constante que a cada uno de ellos se brinda. A través de estas líneas va mi reconocimiento y admiración para todos los abuelos guatemaltecos, quienes son ejemplo de lucha, dedicación, constancia, además de respeto por todo lo que nos han inculcado y que hemos aprendido de sus enseñanzas. ¡Que Dios los siga bendiciendo!