Leonel Guerra
Algunos guatemaltecos desconocen sobre el trabajo infantil y, desafortunadamente, en nuestro país los mismos padres de familia no ayudan al respecto. El término trabajo infantil se refiere a cualquier trabajo que es física, mental, social o moralmente perjudicial para el niño, afecta su escolaridad y le impide jugar. Se les niega la oportunidad de ser niños.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) lanzó el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, en 2002, para concentrar la atención en la magnitud global del trabajo infantil y en las medidas para erradicarlo. Los niños en situación de trabajo infantil deben ser retirados de todas las formas de trabajo para las cuales no han alcanzado la edad mínima, y se les debe garantizar el acceso a una educación de calidad.
El trabajo infantil peligroso debe ser una prioridad en el enfoque integrado para erradicar todas las formas de trabajo infantil. Debe prestarse más atención a los niños más pequeños (de 5 a 11 años), para quienes los avances se han estancado, y el trabajo infantil ha aumentado desde 2012. Nunca acabaremos con el trabajo infantil, si los niños pueden seguir accediendo al mismo. En todo el mundo, 218 millones de niños de entre 5 y 17 años están ocupados en la producción económica. De dicha cantidad, 152 millones son víctimas del trabajo infantil; casi la mitad, 73 millones, están en situación de trabajo infantil peligroso.
La Unesco, para evitar el trabajo infantil, recomienda el acceso a una educación de calidad y
pertinente.
De los 152 millones de niños en situación de trabajo infantil, 88 millones son varones y 64 millones son niñas. El trabajo infantil se concentra en primer lugar en la agricultura (71 por ciento), que incluye la pesca, la silvicultura, la ganadería y la acuicultura, y comprende tanto la agricultura de subsistencia como la comercial; el 17 por ciento de los niños en situación de trabajo infantil trabaja en el sector de servicios; y el 12 por ciento en el sector industrial, en particular la minería.
Establece asimismo que los gobiernos tengan en cuenta las necesidades de los trabajadores con responsabilidades familiares, en la planificación de las comunidades locales o regionales, y desarrollen y promuevan servicios comunitarios, públicos o privados, por ejemplo, los servicios y los medios de asistencia a la infancia y a las
familias.
La Unesco, para evitar el trabajo infantil, recomienda el acceso a una educación de calidad y pertinente. Dar empleo de calidad a los adultos responsables de los niños y de las niñas. Acabar con las normas sociales que legitiman el trabajo infantil. Desde luego, para esto debe existir buena voluntad y más responsabilidad de los padres de familia.