Izumi Nakamitsu,
Alta Representante para Asuntos de Desarme y Phumzile Mlambo-Ngcuka, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres
La pandemia nos ha ofrecido una oportunidad única para “reajustar” nuestro enfoque de la seguridad de manera que
también se mejore la igualdad de género. Como dos líderes de las Naciones Unidas que trabajan por el desarme y la igualdad de género, creemos que se necesita que sucedan tres cosas.
En primer lugar, debemos abstenernos de evitar las preguntas difíciles. ¿La seguridad de quién se protege al modernizar o ampliar las armas, como las bombas nucleares, que provocarían una catástrofe humana, con un impacto desproporcionado sobre las mujeres y las niñas, si se utilizan? Para acabar con nuestra adicción global a las armas, los responsables de la toma de decisiones deben adoptar un enfoque de la seguridad más centrado en el ser humano, que reconozca cómo los países han trabajado durante siglos para lograr el desarme como una forma de protegerse a sí mismos, cuidarse mutuamente y evitar el sufrimiento humano innecesario. Esto requerirá voluntad política y una revitalización de la diplomacia por encima de la inversión en grandes ejércitos.
En segundo lugar, se debe tomar en serio a las voces que reclaman el fin de la militarización desenfrenada. Muchas organizaciones de mujeres llevan más de un siglo oponiéndose al gasto militar desbocado, mientras que los movimientos feministas han sido clave para examinar críticamente si las inversiones de nuestros gobiernos en el fortalecimiento de la seguridad han tenido en realidad el efecto contrario. Ellos forman parte de un impulso por el cambio multigeneracional y multisectorial. Debemos escuchar estos mensajes fuerte y claro, y crear las condiciones para incluirlos en la formulación de políticas.
Esto requerirá voluntad política y una revitalización de la diplomacia.
En tercer lugar, necesitamos que nuestros funcionarios electos tomen medidas para dejar de gastar tanto dinero en armas. En cambio, si nuestros líderes dan prioridad a las inversiones en protecciones sociales, como el acceso igualitario a la atención de salud y educación de calidad para todos, pueden acercarnos más al logro de los Objetivos Mundiales, incluidos los de igualdad de género. Estas inversiones deben verse como lo que son: pagos iniciales para que nuestras sociedades sean más resilientes, igualitarias y seguras.
Del 10 de abril al 17 de mayo, celebraremos la décima edición de los Días Globales de Acción sobre Gastos Militares. Para aprovechar este momento, nuestros gobiernos deben adoptar una postura al compartir compromisos concretos para empezar a reorientar los recursos hacia un futuro más pacífico y seguro que nos beneficie a todos.
No se trata de un ideal utópico, sino de una necesidad alcanzable.