Muchas películas incluyen en los créditos la frase: “Esta es una obra de ficción. Cualquier similitud con personas vivas, muertas o eventos reales es pura coincidencia”.
Curiosamente, sus raíces provienen de Grigori Rasputín, el famoso místico ruso íntimo de la familia Romanov. En 1916, el príncipe Félix Yusúpov, rico y educado en Oxford, fue uno de los aristócratas rusos que sufrieron la influencia impúdica que Rasputín tenía sobre el zar y en particular la zarina.
En diciembre, Yusúpov invitó a Rasputín a su palacio, ofreciéndole pasteles con cianuro para luego dispararle y después lanzarlo al rio Nevá, donde se ahogó. La zarina se angustió cuando se descubrió el asesinato, pero el zar dejó ir a Yusúpov, y lo exilió con su esposa Irina.
Salvándolos sin proponérselo de la apremiante matanza de la revolución. Dieciséis años después, MGM produjo Rasputin and the Empress, basándose en esos eventos. Contrataron a los hermanos Barrymore, estrellas del teatro y cine mudo para protagonizarla. Lionel interpretó a Rasputín, Ethel a la zarina y John -abuelo de Drew Barrymore- fue el Príncipe Chegodieff, personaje basado en Félix. Yusúpov, sin un centavo en París, supo de la película y dijo que era difamatoria.
En parte porque había escrito unas memorias fatuas sobre cómo ejecutó el asesinato. Sin embargo, no pudo construir un caso de difamación al haber aceptado públicamente su crimen. Alegó entonces que Rasputin and the Empress había difamado a su esposa, presentándola libertina.
Una asesora de MGM señaló esta discrepancia fáctica de producción al estudio antes del gran estreno y advirtió que los Yusúpov demandarían; como respuesta, el estudio la despidió. Finalmente, Irina Yusúpov demandó al estudio y el jurado falló a su favor otorgándole £25 mil.
”Si hablan mal de ti, y es verdad, corrígete a ti mismo; si es una mentira, ríete de ella.“ Epicteto.
MGM sacó la película de circulación durante décadas y purgó las escenas ofensivas. Un juez dijo a MGM que el estudio hubiese ganado el juicio al incorporar un descargo de responsabilidad que dijera que la película no pretendía ser una representación precisa de personas o eventos reales.
Desde entonces, la industria cinematográfica aplicó esa redacción a todo. Por años, las películas negaron cualquier relación con la realidad, incluso cuando eran clara ficción, como Star Wars o Tron. Félix Yusúpov fallece en 1967, y dejó un legado no propuesto en la cinematografía mundial, que nos invita a reflexionar sobre el poder de un medio para elevar o difamar, y las responsabilidades que tiene el séptimo arte al transmitir un mensaje.