La revolución digital del siglo XXI provocó el nacimiento de un amplio elenco de tecnologías, que potencian la capacidad de las empresas alrededor del mundo. Uno de los grandes avances es el big data, un conjunto de técnicas que permite a los ejecutivos analizar a nivel masivo los datos de sus clientes y así conocer sus intereses, innovar productos y adaptarse a los cambios.
Sin embargo, existe una práctica que no podemos permitir que se pierda entre el gran cúmulo de información del big data: las relaciones humanas con nuestros clientes. Sin importar si nuestro negocio pertenece a la industria creativa, la clave del éxito empresarial radica en la calidad del contacto personal que entablamos con quienes buscan nuestros servicios. Aún si eso hoy en día representa invertir más tiempo en vídeollamadas.
Vale más el habla, la escucha y la interacción directa, que el conocimiento impersonal que proporciona un programa informático. Cabe destacar que la data en la era digital es una herramienta importante e innovadora que nos proporciona información para enfocar los negocios, productos y necesidades del B2C y B2B, no obstante, no debe aislarnos de nuestros clientes. Pero, ¿por
qué debemos darles preponderancia a las relaciones humanas? La respuesta se entiende si nos damos cuenta de que, como personas y empresarios, nunca podremos tomar decisiones sólidas si nos basamos únicamente en material estático, cambiante y frío.
Contrario a lo que sucede con los datos, en el contacto humano surgen varias ventajas: se forja un diálogo más expresivo y dinámico, se facilitan los cambios espontáneos, se permite una mayor creatividad y, sobre todo, se le da un micrófono a la persona. Desde Ebla Digital nos sumamos a esa cruzada empresarial por el contacto interpersonal. Como proveedores de contenido audiovisual y estrategias de comunicación y marketing digital, decidimos romper las barreras e ir al lugar de la acción.
En lugar de depender solo de los datos, buscamos comunicarnos con nuestros clientes y definir juntos el servicio que necesitan. Son los que mejor conocen sus negocios y consumidores. Como miembros de la economía naranja, sostenemos que los mejores logros se alcanzan cuando dialogamos y creamos juntos.
Quisiera decir que no se trata, en lo absoluto, de eliminar la asistencia de las herramientas tecnológicas y la innovación en la era digital. El auténtico conocimiento llega cuando nos colocamos los anteojos del cliente, y observamos la realidad desde su óptica. Aparece cuando hacemos lo que el ser humano hace por naturaleza: interactuar.