Thomas Bach fue reelegido presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), hasta 2025, cuando completará el período máximo de 12 años en el cargo que permite la Carta Olímpica.
El dirigente alemán recibió el voto favorable de 93 miembros de la asamblea del organismo, reunida de forma telemática en su 137 Sesión. Se registró un voto en contra y 4 abstenciones.
“Me emociona profundamente”, dijo Bach, antes de dar las gracias en todos los idiomas hablados en el seno del COI.
Bach era el candidato único en estas elecciones, que él quiso celebrar en Atenas, la cuna del olimpismo.
8
años lleva Bach al frente del COI.
La pandemia se interpuso en su propósito. Elegido presidente en 2013, en Buenos Aires, Bach anunció en julio de 2020 que optaría a la reelección después de completar su primer mandato de 8 años, para sumar los otros 4 que contemplan las normas olímpicas. En diciembre se confirmó que no habría más aspirantes.
Es el noveno presidente del COI, después del griego Demetrius Vikelas (1894-1896), el francés Pierre de Coubertin (1896-1925), el belga Henri de Baillet-Latour (1925-1942), el sueco Sigfrid Edström (1942-1952), el estadounidense Avery Brundage (1952-1972), el irlandés Michael Morris, Lord Killanin (1972-1980), el español Juan Antonio Samaranch (1980-2001) y el belga Jacques Rogge (2001-2013).
Aunque la elección se organizó para dotar de cierta solemnidad al procedimiento, con la renuncia de Bach momentos antes del voto y el traspaso de la vara de mando a la vicepresidenta primera, la estadounidense Anita DeFrantz, no cabía sorpresa alguna y la suerte estaba echada desde hacía meses.
Antes de la votación, Bach tuvo un protagonismo absoluto en las primeras horas de la sesión, con dos largos discursos: su intervención inaugural, centrada en la promesa de unos Juegos seguros en Tokio, en julio próximo, y un informe sobre el grado de cumplimiento de la Agenda 2020, la hoja de ruta que el COI aprobó en 2014 para modernizarse y ganar en transparencia y buena gobernabilidad.
• Madrid, EFE