Magdalena Guevara González, de 46 años, fue la primera persona en Guatemala en ser vacunada contra el coronavirus, con una de las 5 mil dosis de la farmacéutica Moderna donadas por Israel. La decisión de inmunizar a una mujer, es una muestra de cómo ha cambiado la percepción y valoración a quienes en el siglo pasado se denominaba “sexo débil”. Doctoras, enfermeras, investigadoras, y otras mujeres han estado en la primera línea durante la atención a los infectados por el Covid-19.
Esta muestra del cambio de paradigma, donde las mujeres han sido priorizadas, obedece al esfuerzo que ha realizado este colectivo para reivindicar sus derechos. Luchas y conquistas que también involucran a las mujeres en condición de discapacidad. Muchas de ellas son activistas de los derechos de la población con discapacidad.
Debe reconocerse que, a lo largo de la historia, la mujer ha estado en primera línea de los problemas estructurales del país. Siendo uno de los grupos vulnerables a la pobreza, baja escolaridad, violencia intrafamiliar y discapacidad.
La mujer ha estado en primera línea de los problemas estructurales del país.
En el contexto de la recuperación de país, la mujer con discapacidad juega un rol muy importante en la reactivación económica. En anteriores oportunidades, organismos internacionales han manifestado que naciones con características similares a Guatemala, al incluir al sector de discapacidad en la actividad productiva, alcanzaría un incremento del 4% al 7% del producto interno bruto del país. De acuerdo con el resultado del censo poblacional de 2018, la mayor parte de la población con discapacidad en Guatemala está representada por mujeres, con el 53.39%.
Al igual que diferentes sectores, las mujeres con discapacidad alzan su voz para manifestar que también con sus competencias pueden contribuir al desarrollo del país. Por ello, deben reforzarse los procesos de formación, continuar implementando transporte accesible para garantizar su autonomía y generar oportunidades laborales.
El Estado de Guatemala, al adoptar la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, asegura el pleno desarrollo, adelanto y potencia a las mujeres con discapacidad, con el propósito de garantizar el ejercicio y goce de los derechos humanos y las libertades fundamentales.