P. Fernando Divassi Capellán General del Ejército
A través de los años, los guatemaltecos han conmemorado la pasión, la muerte y la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo gracias a la devoción, el amor, el fervor y la entrega de un pueblo que hereda esta tradición cultural y religiosa a sus siguientes generaciones. Es así como abuelos, padres, hijos y nietos han transmitido estas prácticas piadosas de fe, que comienzan por imitación hasta convertirse en parte de una herencia.
En 2020, desde Emaús Radio se tomó la iniciativa en brindar un homenaje a los devotos y devotas cargadoras, la idea encontró eco en el padre Fernando Divassi y en monseñor Marco Aurelio Gonzales, y así nace el Día del Cucurucho, se toma como fecha el primer miércoles después del de Ceniza, el motivo principal es motivarlos a continuar con la promoción de la fe, la tradición y la devoción. De igual forma, se pretende incentivarlos a infundir a las nuevas generaciones el amor eucarístico, la práctica de los sacramentos y la necesidad de cumplir las obras de misericordia. Este año, corresponde al 24 de febrero, se llevará a cabo la celebración del Día del Cucurucho a través de Emaús Radio, en Facebook y por Canal Jesús TV. A las 20:00 se realizará un concierto de marchas fúnebres, a cargo de la centenaria Banda Sinfónica Marcial del Ministerio de la Defensa Nacional, Patrimonio Cultural de la Nación, bajo la dirección general del coronel de infantería, diplomado en Estado Mayor, Julio Manuel Meléndez Crispín. Así como la participación de monseñor Marco Aurelio, rector del Beaterio de Belén; del Pbro. Manuel Chilín, párroco de Nuestra Señora de los Remedios, El Calvario, y Pbro. Fernando Divassi, párroco de San Miguel Arcángel, y director de Emaús Radio. Este año bajamos las andas de los hombros, y las llevamos con la misma devoción y fe en el corazón.
En la intimidad de nuestros hogares, la oración la haremos abrazando a los nuestros y nos postraremos delante de nuestros altares, con la confianza y la esperanza de que próximamente volveremos a escuchar el toque del timbre que estremece nuestro corazón.