Dr. Jorge Antonio Ortega [email protected]
Deseo dejar constancia de mi admiración por las mujeres emprendedoras de nuestra nación, quienes se esfuerzan día a día en lograr un estado de bienestar ideal para sus familias. ¿Dónde está el secreto? ¿Qué les da la fortaleza a nuestras féminas, para enfrentar los retos y desafíos del diario vivir? no hay duda alguna que es el deseo de dar mayores oportunidades a sus hijos, familias y comunidad.
Para lograr lo anterior, se hace presente la necesidad de utilizar la creatividad y una disciplina de innovación permanente, tomando en cuenta que el emprendimiento va aunado a las obligaciones del hogar, debido a que es la oportunidad de sumar bienes y servicios para mejorar la vida del núcleo familiar, que en conjunto fortalece a la comunidad. En pocas palabras, el buen vivir para todos.
Está comprobado que las mujeres emprendedoras en un 91 por ciento logran establecer sus negocios, en forma individual o a través de alianzas básicas, dentro y fuera de la comunidad. El 30 por ciento del cambio de las comunidades dependen de ese motor femenino que se anima a salir de la pasividad, de ser espectadoras a protagonistas.
Es necesario proveerlas de las herramientas básicas, la oportunidad de enlaces, facilidades legales, desarrollar habilidades y destrezas indispensables para que su impacto en la economía comunitaria y nacional sea efectivo, y por gravedad se logren los objetivos secundarios (sustento, calidad de vida, oportunidades y otros). No hay duda, el futuro de la familia, la comunidad y la sociedad en general está en las manos de las mujeres emprendedoras.
En la República de la India hace una década aproximadamente se diseñó un banco de créditos para las emprendedoras, lo cual fue un ejemplo para el mundo empresarial, por los resultados eficientes y eficaces de las empresas y, del retorno de los créditos, parece ser que el secreto radica en la honestidad, responsabilidad y metas claras de las mujeres emprendedoras.
Podríamos seguir hablando de las oportunidades y beneficios de las mujeres emprendedoras de otras latitudes, pero hoy es el turno para las guatemaltecas, y motivarlas a dar ese salto cualitativo y cuantitativo de vida para ustedes, sus familias y nuestra comunidad. En sus manos está el futuro y el bienestar de las próximas generaciones, atrévanse a cambiar su forma de ver y vivir la vida. Entre el deseo y la acción, solo falta la decisión.
“¿Dónde empezar?”, es la pregunta generadora de las emprendedoras (hay que observar, evaluar, comparar, contrastar y sintetizar el medio en donde se encuentra la emprendedora); es posible que exista mucha competencia pero, usted puede hacer la diferencia siendo la más rápida en la entrega del producto, los mejores estándares de calidad, el mejor empaque, el de mejor sabor; en fin, superar las expectativas de la clientela.
Luego viene el aporte financiero, aquí la incógnita es de dónde saldrá el capital semilla (propio o ajeno); es necesario contar con ello, para hacer tangible el emprendimiento, hacer cuentas exactas, para iniciar sin caer en entuertos, por intereses o morosidad en el pago de cuotas.
Lo financiero y el tiempo a invertir, deben de pasar por un procedimiento sencillo de cálculo. Es muy importante para su planificación y éxito.
Para finalizar, ¡ponerle ganas…!, se debe enfocar todo en un solo esfuerzo, para lograr el objetivo del emprendimiento. Eficiencia y eficacia deben de ser la mezcla perfecta para el desarrollo del emprendimiento y alcanzar las metas de constituirlo, emplazarlo y lograr su éxito.
Es importante apoyar la mayor cantidad de emprendimientos femeninos, de esa forma logramos asegurar el futuro de las nuevas generaciones y el bienestar de la sociedad. ¡ánimo! ¡Hoy o nunca!
