Por: Diego Recalde
El 2019 marca el inicio del Decenio de la Agricultura Familiar (2019-2028), que persigue llamar la atención sobre los agricultores quienes producen más del 70% de los alimentos del planeta y que, paradójicamente, a menudo son los más vulnerables al hambre, la malnutrición y la pobreza.
El decenio fue aprobado en la 72ª Sesión de la Asamblea General de la ONU. La resolución establece que la FAO y el FIDA serán los encargados de implementarlo.
Guatemala es uno de los países en la región con la mayor población rural en porcentaje (50.5%), cuyas actividades principales están relacionadas con la agricultura, ganadería, pesca o forestería.
Las cifras evidencian el aporte de la agricultura familiar (AF) a la seguridad alimentaria y nutricional en Guatemala.
Paradójicamente, estos productores de alimentos padecen los mayores índices de desnutrición y viven en pobreza. Se estima que la pobreza extrema es casi cuatro veces (3.7) mayor en el área rural que en el área urbana, y la pobreza es 1.3 veces mayor. Por otra parte, año tras año, experimenta una disminución de su producción debido también a los efectos del cambio climático.
Este sector necesita apoyo público y privado urgente, y nuevas inversiones, innovación y financiamiento.
La política pública debe apoyar a este sector que produce alimentos para los hogares rurales y urbanos. Los agricultores familiares también generan empleos rurales y autoempleo en grandes proporciones.
En este contexto la Iniciativa de Ley 4947, que promueve la AF en Guatemala, impulsada por el Frente Parlamentario contra el Hambre y apoyada técnicamente por la FAO, busca sacar de la pobreza a amplios sectores rurales, mejorando su inserción en el mercado, producción y la generación de empleo digno.
Una mayor atención a este sector puede significar una gran disminución de la migración, la erradicación de la pobreza y del hambre, la reducción de las desigualdades, así como la preservación de la biodiversidad y la aplicación de prácticas agroecológicas que buscan el manejo sostenible del medio ambiente.
Apoyar a la agricultura significa apoyar la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para no dejar a nadie atrás.
Insto a los guatemaltecos en general, a los congresistas y a las autoridades para trabajar unidos por el desarrollo y aprobar la Ley de Agricultura Familiar por una Guatemala más justa, incluyente, solidaria y libre de hambre.