Por: Jorge Ernesto Fingado
El 1 de diciembre tomó posesión como Presidente de México el ciudadano MANUEL LÓPEZ OBRADOR, quien durante muchos años mantuvo una lucha permanente revolucionaria en esencia por alcanzar el máximo poder de México, soportando grandes críticas por su inclinación izquierdista y crítico serio de los métodos neoliberales de administrar e invertir en los pueblos.
Anunció categóricamente: “Impulsaremos con todo vigor el desarrollo integral del pueblo de México y fortaleceremos acciones de desarrollo e inversión en el Tratado con EE.UU. Canadá y Centroamerica”. Nuestras fortalezas de acción, dio a entender, serán el mejoramiento de las relaciones con todos los países del mundo y no seguiremos las tendencias neoliberales responsables de muchas desgracias. López Obrador se reunió con sus homólogos de Guatemala, El Salvador y Honduras, a efecto de abrir nuevos espacios fronterizos de inversión en las zonas fronterizas y regiones que califican como grandes polos de desarrollo en general, a efecto de bajar en un alto porcentaje los índices de migración e inmigración. Hay mucho más que comentar sobre este discurso de López Obrador, pero en realidad la voluntad firme de este insigne mexicano de gran trayectoria limpia en México, viene a fortalecer grandemente los anhelos y luchas de nuestras autoridades, puesto que siempre hemos sostenido que la Unidad hace la fuerza, pero una unidad dirigida al desarrollo de los pueblos, porque de ahí venimos y no podemos olvidarnos de ellos. Como estoy seguro que este artículo lo leerá el Presidente de México, conociendo su sensibilidad, he de manifestarle que, desde hace 15 años, ya no efectuamos congresos bilaterales con funcionarios mexicanos, guatemaltecos, representantes de medios de comunicación, pero abrigo la esperanza que podamos reiniciar dichos eventos, principalmente en la zona fronteriza con Chiapas, pues uniendo esfuerzos la comunicación objetiva y franca puede ayudar grandemente a los propósitos y anhelos de todos, vivir en paz pero con desarrollo integral.