Por: Vera Calderón
El comercio electrónico o e-commerce es una forma de innovar e incrementar los negocios. Es una tendencia ascendente que experimenta cada año un crecimiento tres veces más rápido que el comercio tradicional. De acuerdo a la Consultora eMarketer Inc., se espera que las ventas en línea crezcan en dos dígitos en los próximos años, alcanzando US$3.6 billones en 2019. Asimismo, se estima que representa el 25 % del PIB mundial.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) define el comercio electrónico como la producción, distribución, comercialización, venta o entrega de bienes y servicios por medios electrónicos. Esta modalidad de comercio está siendo influenciada por muchos factores, tales como las preferencias de los consumidores por las tiendas en línea, flexibilidad y tiempos de entrega, visualización de productos en 3D, por mencionar solo algunos. En medio de este enorme potencial para penetrar a los mercados de exportación a través de este modelo, existen algunos factores que están influyendo en la evolución del comercio electrónico y que deben de superarse. Otros obstáculos para superar son la disponibilidad de procesos de pago seguros, tanto para los consumidores como para las empresas, conectividad e infraestructura tecnológica, así como plataformas de logística que aseguren tiempos y costos competitivos, en donde vale la pena indicar que Guatemala tiene una ventaja diferenciada. En el caso de las empresas, principalmente las pequeñas, necesitan entender cómo funciona el e-commerce, para así planear adecuadamente sus estrategias de negocios. Sin duda, Guatemala debe generar iniciativas de manera conjunta con los actores clave, públicos y privados, para fortalecer y desarrollar todo el ecosistema de crecimiento del comercio electrónico.