Escrito por: Yolanda Sian Ramírez
Deseamos generar un cambio efectivo que oriente al desarrollo del país.
Nuestro país se integra por 24 grupos lingüísticos y 4 pueblos: maya, garífuna, xinca y mestizo o ladino. Según los últimos tres censos de población, la población indígena constituye el 43 % de la población total del país.
En el transcurso de las décadas ha persistido la exclusión de mujeres indígenas que se ha traducido en asimetrías relacionadas con el acceso a servicios de salud, educación y servicios financieros formales, por
ejemplo.
Las desigualdades territoriales, étnicas y de género, interrelacionadas, intensifican las limitaciones de las mujeres para lograr una participación plena en el desarrollo. La exclusión y el racismo han generado diversas formas de violencia y discriminación estructural, legal e institucional, que se profundizan en el caso de las mujeres indígenas, particularmente en aquellas que viven en las zonas rurales.
El restablecimiento y respeto de los derechos humanos de las guatemaltecas, el cumplimiento de la normativa nacional, la aplicación de la Política General de Gobierno, en temas de democracia participativa y gestión territorial, así como de las prioridades presidenciales, las políticas públicas a favor de las mujeres y el fortalecimiento de las instituciones del Estado, especialmente aquellas que brindan servicios de salud, educación, auditoría, desarrollo, seguridad y justicia, proporcionará a las guatemaltecas la oportunidad en un marco de empatía, resiliencia, solidaridad, sororidad, plena ciudadanía, participación social y política, democracia y justicia, contribuyendo en forma general a que la problemática de nuestro país disminuya, y a evitar ellas la violencia física, psicológica y sexual contra nosotras, las guatemaltecas, permitiéndonos participar en la definición de desarrollo para nosotras y nuestros descendientes, y así iniciar un camino que nos lleve a consolidar e instalar la paz.