Por: Jorge Ernesto Fingado
Nuestra institución Militar está de manteles largos, y es que nuestro organismo de Estado sigue cumpliendo con su deber que le ordena la Constitución Política de Guatemala, además de cumplir con asistencia inmediata a problemas graves ocasionados por desastres naturales, así como el apoyo al combate de la delincuencia.
Nuestros militares, además de estar bien organizados, cumplen con una disciplina de corte vertical en muchas de las acciones, tanto en la defensa de nuestra soberanía, fronteras y otros menesteres, nuestro saludo en su aniversario responde a una actitud humilde en todos sus aspectos, pues regularmente nos ocupamos de otros asuntos olvidándonos de reconocer que este organismo del Estado sigue jugando un papel vital en las garantías individuales y proceso democrático en nuestra Guatemala, que sigue tan dividida. También ha tenido que soportar el desvío de algunos de sus elementos, involucrados en actos delictivos. No es tarea fácil transitar durante todos los gobiernos a quienes sirven con lealtad y son garantes de la defensa del sistema constitucional y, si a eso le agregamos acciones retardadas en la aplicación de un Estado de derecho, que no solo es vital para todos nosotros los guatemaltecos, sino que también para las inversiones nacionales e internacionales encaminadas a un desarrollo productivo y respetable. A los elementos del Ejército los vemos actuar constantemente, tal y como ocurre hoy en día en el horror causado por la erupción del volcán de Fuego. Los hemos visto trabajar hombro con hombro con las otras fuerzas de seguridad, brigadas de rescate y grupos particulares que, en su afán desesperado por rescatar sobrevivientes, es digno de reconocimiento real y honesto. Recientemente, la acción civil del Ejército llegó a doscientas familias a ver una función del Circo Ruso de Patinaje, para aliviar en parte los traumas de los sobrevivientes de la tragedia. También utilizan las cocinas preparadas por ellos mismos para llevar alimentos calientes a los refugiados. Todas estas actitudes son parte de la nueva visión y misión de un ejército del pueblo, por y para el pueblo.