Escrito por: Julio López Catie
La Política Nacional de Desarrollo Rural Integral hace referencia a que el desarrollo rural determina en gran medida el desarrollo nacional; en este contexto, la extensión rural se convierte en oportunidad para facilitar y promover arreglos entre múltiples socios en los territorios, para impulsar acciones que beneficien a familias rurales.
Para promover este desarrollo es necesario crear alianzas estratégicas locales con socios institucionales, academia y empresa privada, las cuales son determinantes para lograr la operativización efectiva de políticas y sus instrumentos hacia el desarrollo rural integral.
La articulación e institucionalización de plataformas de cooperación y coordinación tendrán mayor y mejor impacto si son impulsadas en el marco de la creación e implementación de sistemas locales de extensión, toda vez que facilitan espacios de comunicación, coordinación y articulación local, permitiendo desarrollar sinergias de extensión rural, evitando duplicidad de esfuerzos y logrando mayor eficiencia en el uso de recursos destinados al desarrollo rural agropecuario.
Dado el enfoque obligado de la extensión rural, todo proceso de creación de capacidades debe tener un punto de partida en los conocimientos locales, reconociendo estos como sabidurías y abriendo espacios para un amplio diálogo de saberes entre el conocimiento exógeno-técnico y el conocimiento endógeno-local.
En el marco del desarrollo rural integral, la oportunidad que el Sistema Nacional de Extensión Rural, a través de procesos de trabajo integrados, con visión de largo plazo y enfoque de sostenibilidad, basado en un alineamiento estratégico, permitirá al MAGA y a sus socios promover esa alineación e integración a mayor escala, involucrando a otros actores y ordenando procesos de cooperación en apoyo a su gestión.