Por: Oscar M. Barreneche, representante de la OPS/OMS en Guatemala
El 31 de mayo se celebra el Día Mundial Sin Tabaco, para resaltar los riesgos a la salud asociados al tabaquismo, y promover políticas eficaces para disminuir su consumo.
Este año se centra en las repercusiones del consumo de tabaco en la salud cardiovascular y factores de riesgo, como cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular y vasculopatía periférica.
El tabaco rompe corazones porque destruye el corazón del fumador, pero además destruye familias completas y se transforma en una carga para el Estado. Cada año, 7 millones de personas mueren asociadas al consumo de tabaco, y 12 % de las defunciones a nivel mundial son por cardiopatías.
En Guatemala, su consumo afecta principalmente a los jóvenes. A pesar de los esfuerzos del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) por promover iniciativas que apoyan la Ley de Creación de los Ambientes Libres de Humo de Tabaco, el 21.6 % de jóvenes estuvieron expuestos al humo de tabaco ajeno en su hogar, según la Encuesta Mundial de Tabaco 2015. Además, el 83.8 % de jóvenes fumadores compra cigarrillos de forma unitaria en puntos de venta, donde son expuestos en un 54 % a promociones de productos de tabaco. Prohibir y fiscalizar la venta de cigarrillos sueltos podría ser una forma eficaz de disminuir el consumo en jóvenes.
Como Organización Panamericana de la Salud y Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), estamos determinados a luchar contra la epidemia del tabaco, y apelamos a la conciencia de personas y Gobiernos a que aumenten las restricciones para el consumo del tabaco. Recientemente apoyamos la formulación de la iniciativa de ley para el control del tabaco y sus productos, bajo el Convenio Marco de la OMS para el Control de Tabaco (CMCT), vigente desde 2005, que compromete a los países a vigilar el consumo de tabaco y a tomar medidas de prevención; esto, en conjunto con la Universidad de San Carlos, MSPAS, Secretaría Ejecutiva de la Comisión contra las Adicciones y el Tráfico Ilícito de Drogas, y sociedad civil.
La OPS/OMS apoya también al país en la ejecución del CMCT para crear entornos sin humo de tabaco, con el fin de proteger a la población de cualquier enfermedad causada por el tabaquismo y el humo de segunda mano en poblaciones vulnerables, como los niños y adultos mayores.
Esta lucha es una de las que nos mantienen en alerta permanente para redoblar cada año los esfuerzos para vencer el tabaquismo.