Por: Elisa Gómez, coordinadora Proyecto PrevJuve, del PNUD
Un Espacio Juvenil 180 grados, talleres e intercambios entre jóvenes, el autobús Chimalteco, la Burrita de la Paz, programas preventivos para generar una cultura de paz, así como una propuesta de Política Municipal de Prevención de la Violencia y el Delito en Chimaltenango, forman parte de las diversas acciones que el Proyecto Regional PREVJUVE promueve en Guatemala.
Su principal objetivo es contribuir a la disminución de los factores que generan la inseguridad y la violencia que afectan a la niñez, la adolescencia y juventud. Además, integra enfoques de prevención secundaria y terciaria en materia de niñez, adolescencia y juventud en los planes de las instituciones de seguridad y justicia en el departamento de Chimaltenango.
Esta iniciativa impulsa procesos de prevención en dos niveles: el Secundario, dirigido a jóvenes en situación de riesgo social derivada de la violencia, y el Terciario, para adolescentes y jóvenes que se encuentran en situación de conflicto con la Ley Penal, así como para sus familias. De esa cuenta, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) promueve alianzas estratégicas con el Ministerio de Gobernación, a través del Tercer Viceministerio de Prevención de la Violencia y el Delito, y la Unidad para la Prevención Comunitaria de la Violencia (UPCV), la Secretaría de Bienestar Social, la Municipalidad de Chimaltenango, entidades del sistema de seguridad y justicia, y organizaciones de la sociedad civil, para desarrollar las acciones del proyecto. Además, cuenta con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
Es así como PREVJUVE busca impactar la mejora en la calidad de vida de al menos 100 adolescentes de entre 13 y 17 años, y jóvenes de 18 a 25 en situación de vulnerabilidad social y económica. También participan 100 adolescentes de entre 13 y 17 años, sancionados en medidas alternativas o que han cumplido con la medida de privación de libertad y que se benefician de las acciones locales de prevención terciaria.
Para cumplir con la Agenda de Desarrollo necesitamos fortalecer las capacidades de los adolescentes y jóvenes en los temas de prevención de la violencia, habilidades para la vida, empleabilidad y resiliencia. Solo así lograremos que nadie se quede atrás, gozando sus derechos en el marco de la convivencia pacífica y la prevención de la violencia.
