Por: Mariana Samayoa
En Guatemala, muchas niñas, adolescentes y mujeres indígenas enfrentan discriminación interseccional en la que se suman varias condiciones y contextos de género, etnia, ruralidad y pobreza. Se estima que la mitad de las mujeres indígenas de 15 años o más no sabe leer ni escribir; así también, solo la mitad de las niñas asisten a la escuela primaria. Muchas de las barreras para acceder a la escuela son intrínsecas al diseño de la educación formal en Guatemala, tales como: un horario establecido o lejania de un centro escolar en la zona.
La educación no formal, o extraescolar, presenta alternativas que responden a esas necesidades. Los programas extraescolares, caracterizados por su flexibilidad tanto de horario como ubicación, facilitan el acceso a la educación para aquellas niñas y mujeres que han quedado fuera de la educación formal. El proyecto Centros UNESCO-Malala para la educación de niñas, adolescentes y mujeres jóvenes indígenas de Guatemala busca garantizar el derecho a la educación de las niñas y mujeres indígenas, a través de la creación de un modelo replicable de centros de información y formación para niñas y mujeres.
Estos centros pretenden consolidar y articular las acciones y programas existentes de educación extraescolar, así como reforzar temas de salud y bienestar y autonomía económica, mediante el desarrollo de talleres con metodologías participativas. La educación de las niñas y mujeres debe ser una prioridad para el país, no solamente por el impacto que tiene en ellas, sino también por el efecto multiplicador de desarrollo comunitario. La educación permite acceder a la información, a aprendizajes y conocimiento; permite conocer los derechos, participar como ciudadanos y aportar aún más al crecimiento económico de las comunidades.
Defender el derecho a la educación de calidad es parte del mandato constitucional de la UNESCO, el cual abarca la Educación en todos sus ámbitos. La UNESCO busca en base al Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, “que nadie se quede atrás”. Por esto y siguiendo los principios de igualdad y no discriminación, se dirigen los esfuerzos al fortalecimiento del derecho a la educación de las niñas y mujeres.
