Bajo el mando del cineasta y director de fotografía Guillermo Navarro (México, 1955), un equipo de 245 personas recorrió 82 locaciones por siete continentes, con el propósito de proyectar un Planeta hostil. El registro de no menos de 1 mil 800 horas de grabación se condensa en los seis episodios que integran la serie documental, que se estrena el domingo a las 19:00 por el canal National Geographic.
Lucha por sobrevivir
Planeta hostil explora un espacio diferente en cada uno de sus capítulos. En las montañas retrata cómo la escasez de alimentos y la limitación de oxígeno demanda que los leopardos de las nieves, las águilas reales y las cabras montesas se hagan fuertes en su lucha por sobrevivir. “Nuestra intención fue hacer un documental que presente la cruda transformación que sufre la Tierra, provocando que los animales se adapten a un ambiente cada vez más arriesgado”, menciona Guillermo Navarro, productor ejecutivo.
La serie, además, se sumerge en los océanos, para presentar las exigencias a las que se enfrenta la vida marina; y sobre las praderas se visualiza un entorno abarrotado por extremas e impredecibles circunstancias, como heladas e inundaciones, fuego y sequías. De acuerdo con Navarro, sumar junglas, desiertos y el ártico refuerza el objetivo principal del proyecto: “Crear conciencia de cómo nuestras acciones influyen en la modificación ambiental y el cambio climático”.
Reflexión
Mediante una narrativa visual, apoyada con la voz en off del presentador inglés Bear Grylls, Navarro considera que la producción es una oportunidad para aprender de la experiencia animal. “Si continuamos así, la siguiente especie en tener que adaptarse será la humana. Llevamos el mismo camino y nuestra responsabilidad es cuidar el planeta, para ellos y para nosotros mismos”, resalta el ganador del Óscar a la mejor fotografía en 2006 por El laberinto del fauno.
Lenguaje cinematográfico
El mexicano apunta que lo más complicado del rodaje fue dar seguimiento a la vida salvaje. El trabajo de campo requirió paciencia hasta encontrar el momento indicado para documentar. Por ello, además de involucrarse en aspectos como la investigación, Navarro construyó una “historia dramática”. “Quise elaborar un lenguaje cinematográfico y visual que diera al público una experiencia inmersiva, en que la cámara se encargue de llevarlo hasta un acto dramático de la vida animal”, concluye.
• Stephany López