Con el título Colección Patrimonio Nacional de Guatemala, la institución promueve la plástica local.
Colección Patrimonio Nacional de Guatemala, el primer libro publicado por el Museo Nacional de Arte Moderno Carlos Mérida (Munam), recorre de forma cronológica 100 años del arte visual en el país. Con la participación de 80 artistas, el título, más que presentarse como una antología de la plástica, pretende ser un aporte documental a la difusión de las piezas que atesora el recinto. El material estará disponible digitalmente a partir del miércoles, mediante la página: museocarlosmerida.org.
Viaje por la historia
El libro Colección Patrimonio Nacional de Guatemala, explica Rudy Cotton, director del Munam, es un viaje por la historia del arte del país y se centra especialmente en el fin del modernismo. Esto es para reconocer que actualmente estamos en la época post-moderna en la que interviene la tecnología, agrega el también artista plástico.
Referentes
Agustín Iriarte, pintor interesado por el paisaje local, es el encargado de inaugurar este trayecto visual, que comienza con obras creadas en 1900 y culmina con piezas del 2000. Por ello, en cada una de sus páginas nos encontramos de frente con nombres como Rafael Rodríguez Padilla, Carlos Mérida, Roberto González Goyri, Roberto Cabrera, Efraín Recinos y Rodolfo Abularach.
En Colección Patrimonio Nacional de Guatemala hay pintura y hay escultura, pero también fotografía. Específicamente, la creación de Luis González Palma, quien destaca internacionalmente, manifiesta Cotton.
El trabajo de curaduría, declara el director, se centró, más que en las técnicas utilizadas, en elegir a los referentes imprescindibles del arte moderno: “¿Cuántas personas no pintan ahora como González Goyri? Sin embargo, quien debía estar en el título era él, debido a lo representativo de sus piezas”.
El proyecto
Hace dos años, luego de su llegada a la dirección del Munam, Cotton comenzó la recopilación e investigación biográfica de los autores y sus obras, con el apoyo de estudiantes de distintas universidades. Al culminar este proceso, observó que el catálogo estaba incompleto. “No teníamos, por ejemplo, a Jamie Bischof. Por lo que me di la tarea de hacerle la invitación de participar y donar una pieza al museo”.
Gracias a esta iniciativa, comenta Cotton, se consiguió acrecentar la colección de la institución. El número de páginas del libro también aumentó, pues cada artista cuenta con un espacio de texto biográfico y con otro con una fotografía que resalta sus creaciones, puntualiza.
Dato
La publicación de este libro fue patrocinada por la corporación Donovan Werke, como parte de su programa de responsabilidad social empresarial.