La librería guatemalteca celebra su vigésimo aniversario.
El 16 de diciembre de 1998, el sueño de Marilyn Pennington se hizo realidad: abrió su propia librería, una en la que, además de literatura, ofrece café en un ambiente acogedor. Sophos es el nombre del lugar de cuyas estanterías brotan títulos para todos los gustos, y que hoy dirige su hijo, Philippe Hunziker. Aunque les queda un mes para alcanzar oficialmente las 2 décadas, las celebraciones de aniversario comenzarán mañana con 20 años en 20 libros, un recorrido por momentos entrañables de
este sitio.
Como si fuera ayer
Para adentrarnos en el universo de Sophos, visitamos su espacio en compañía de Philippe Hunziker, quien confiesa que alcanzar los 20 años causa un poco de vértigo, pero también nostalgia. “Se siente como si fue ayer cuando se abrió aquella pequeña y muy artesanal librería”, dice.
Llegar a este aniversario no solo evidencia la aceptación que ha tenido la tienda, sino que la cantidad de lectores en el país ha aumentado, comenta Hunziker. Sin ellos, indica, el proyecto sería imposible: “La única razón de nuestra vigencia, más que el trabajo duro, son las visitas, las lecturas y las compras que hace la gente”.
Con familiaridad
Hunziker asegura que detesta llegar a una librería y sentir que alguien espera algo suyo o que está allí para recordarle que debe comprar. Por eso, la fórmula de Sophos es ofrecer al lector un ambiente que pueda visitar con tiempo y por el que pueda transitar con total libertad, sin dar cuentas a los libreros. Lo más importante, afirma, es mostrar la tienda como un sitio que invita no solo a adquirir textos sino a darles un vistazo o conversar.
Su alma
Su librería, apunta Hunziker, es un portal por el que el lector puede viajar a mundos reales o imaginarios, que despiertan emociones, sentimientos e ideas. Para hacer realidad sus objetivos, desde hace 10 años el enfoque de la organización cambió de expansión a evolución profesional. “Trabajamos con un equipo involucrado. Ellos son el alma de Sophos”, concluye.