En su más reciente novela, El mercenario que coleccionaba obras de arte, la escritora cubana Wendy Guerra huye del mito de los buenos contra los malos y desvela el parecido de los revolucionarios con sus opuestos al defender sus ideales.
La trama
La nueva obra, editada por Penguin Random House, gira alrededor de Adrián Falcón, un mercenario nacido en Cuba que llegó a la tercera edad desencantado de las ideologías.
En uno de los pasajes más desgarradores, el hombre se va a luchar contra los comunistas y para darse fuerza a la hora de actuar canta canciones de Silvio Rodríguez, el símbolo de la nueva trova cubana y defensor de la Revolución, cuyas canciones se sabe de memoria.
“Todo partió de una historia real. Solía encontrarme en exposiciones de arte a un hombre. Un día me preguntó si me atrevería a escribir acerca de la vida de un mercenario. Que le gustara Silvio me dejó aterrada y dije aquí hay una novela”, confiesa.
Empeñada en exponer la historia sin hacer juicios, la autora retrata el lado humano de un hombre de no menos de sesenta años, empeñado en derrumbar el Gobierno de Fidel Castro y luego involucrado en la lucha contra los sandinistas y perseguido por terrorismo.
*EFE