Los kentuki son unos muñecos con forma de animales que conviven voluntariamente con las personas, pero no son mascotas ni robots, sino ciudadanos anónimos para compartir tu intimidad, un “invento” literario de la escritora argentina Samanta Schweblin para hablar del lado oscuro de la tecnología.
Tecnología y vida cotidiana
Kentukis, editado por Literatura Random House, es el título de esta novela que no habla de un mundo distópico sino de lo cotidiano de la tecnología. “Esto no va del fin del mundo, va de una señora en una cocina”, explicó hoy la escritora en un encuentro con periodistas.
Schweblin imagina un mundo en el que las personas pueden interactuar comprando uno de estos muñecos o siendo un kentuki, controlados desde cualquier parte del mundo por usuarios que se conectan al sistema e interactúan desde su ordenador con sus dueños.
Límites
¿Serías kentuki o amo de kentuki?. ¿Hasta dónde aceptamos el voyerismo en nuestra vida a cambio de la relación con mascotas tras las que se esconden ciudadanos reales y anónimos?, son algunas de las preguntas que plantea la escritora que, confiesa, estaría encantada de tener uno en su casa, eso sí, con “ciertos límites”.
Samanta Schweblin (Buenos Aires, 1978) quería hablar de tecnología en esta novela y de los problemas que plantea, sus límites éticos, morales y legales, sin que la propia tecnología se convirtiera en protagonista y en un problema.
“No terminamos de entender hasta qué punto nos metemos en la intimidad de la gente”, indicó la escritora, que recordó que cuanto más íntimo es lo que exponemos en las redes sociales, más repercusión tiene.
*EFE