La inquietud de René Molina, actor, director y productor, nunca se detuvo. Fue integrante fundador del Teatro Arte Guatemala, también del Teatro de Arte Universitario y de la Compañía Upecito, de la Universidad Popular (UP). Sin embargo, sus contribuciones son mayores y es por el aporte al teatro para niños en el país por el que será recordado.
Todo comenzó cuando en 1962 presentó Cenicienta, en el Conservatorio Nacional de Música, un montaje al que le siguió una larga lista de espectáculos. Su muerte, ocurrida ayer a los 88 años, deja una huella difícil de superar en el arte, pero también un vacío dentro del Consejo Directivo de la UP y de la Asociación Nacional de Actores y Técnicos Teatrales (ANAYT). Aunque no han trascendido las causas específicas de su deceso, se sabe que, luego de una caída, su salud empezó a decaer.
Llora el teatro infantil nacional
En palabras de Fernando Juárez, presidente de ANAYT, René Molina fue el iniciador y propulsor del teatro para niños en el país. Consideró que con actores especializados y temporadas escolares, los infantes tendrían un contacto directo con el arte dramático.
Su sueño llevó a Molina a montar obras como La Mariposa, de Héctor Picón; además de Pollito Fito y Pato Torcuato y Tío conejo y Tío coyote, que adaptó con la autorización de su autor, Ricardo Estrada, según declaró en su momento, en una entrevista concedida al diario La Hora.
Más allá de las fronteras
Fuera del país, Molina hizo carrera como actor en Italia, España, Estados Unidos y México. En este último trabajó en series, películas y teatro para adultos. A su regreso, Juárez resalta su labor bajo la dirección de Rubén Morales Monroy y su talento para compartir escena con Zoila Portillo, Ana María Iriarte,
Consuelo Miranda y Xavier Pacheco, entre otros “artistas de esa época de oro del teatro (de Guatemala)”.
Siempre apasionado
Aunque se retiró de las tablas hace no menos de dos décadas, Molina estuvo siempre pendiente del arte nacional. Se transformó en un gestor cultural y en ese transitar pasó por el Ballet Moderno y Folklórico del Ministerio de Cultura y Deportes. “El año pasado le rendimos un homenaje para reconocerle esas ocasiones que nos acompañó”, expresa Juárez, también director de la institución.
Molina tampoco se desligó de la UP y de 2006 a 2012 fungió como Secretario General. En la ANAYT aportó con su experiencia al fortalecimiento de la institución. “Con sus opiniones definimos el reglamento interno, cómo funcionaría la asociación y cómo fomentar la actividad artística”, declara Juárez.
Detrás del artista
Molina iba en busca de la conciliación. Evitar el enfrentamiento era una de sus mejores capacidades, expone Juárez. Añade que el respeto a las opiniones ajenas fue la llave para abrirse paso en distintos círculos artísticos, en los que se hizo de contactos.
Por su parte, la actriz Mercedes Arrivillaga lo evoca como amigo querido por todos, que no solo se esmeró en el teatro serio para niños, sino que siempre mantuvo la postura de un caballero. “Solidario cuando habían penas, y muy alegre en las fiestas. Nos deja con una gran tristeza”, concluye.
Los restos de Molina son velados en la Capilla Jardín de Funerales Reforma, 6a. avenida 10-14, zona 9. Hoy de 11:00 a 12:00, la UP le rendirá un homenaje póstumo en la Sala Manuel Galich.