La entrega y el legado que el chelista guatemalteco Eduardo Ortiz Lara ha transmitido a diversas generaciones de músicos será reconocido por la Orquesta de Violoncellos. Este concierto, organizado por Arte por el Violoncello, reunirá a no menos de 30 intérpretes, quienes lo homenajearán en el centenario de su nacimiento. Acompáñeles hoy a las 19:00 en el Auditorio del Conservatorio Nacional de Música Germán Alcántara, 5a. calle y 3a. avenida, zona 1. La entrada es libre.
Versatilidad
Sobre el escenario, la Orquesta de Violoncellos unirá a músicos guatemaltecos que, con su trabajo, se han convertido en dignos sucesores de Eduardo Ortiz Lara. Uno de ellos será Paulo Alvarado, de Alux Nahual y el Cuarteto Contemporáneo, quien asegura que lo más curioso de este concierto es fundirse en un mismo instrumento. “Usualmente las agrupaciones se componen de registros como madera, cuerda, percusión y viento. En este caso vamos a demostrar la versatilidad del violoncello”, explica.
Legado y cariño
Sin embargo, esta presentación también tiene como fin invitar a nuevas generaciones de artistas a recibir la herencia educativa de Ortiz. Para Kenneth Vásquez, ser parte de este recital es muy significativo, pues en 1945 Lara fue el chelista principal de la Orquesta Sinfónica Nacional, un cargo que él ahora ostenta. “El legado que el maestro deja son discípulos. La mayoría de intérpretes nacionales aprendieron con él y nos transmitieron sus conocimientos”, resalta.
Con 20 años, Ulises Salamanca, uno de los integrantes más jóvenes de la Orquesta de Violoncellos, agradece a Ortiz haber dedicado su vida a “este hermoso instrumento”. Gracias a sus enseñanzas, comenta, la pasión por las cuerdas permanecerá vigentes en futuros músicos.
Repertorio significativo
Entre las obras que componen el repertorio están: Saludo de amor, de Edvard Elgar; El Cisne, de Saint Saëns; y Los sueños, sueños son, de Paulo Alvarado. Esta última, una pieza lírica contemporánea que, al ser la única guatemalteca, sonará para rememorar la trayectoria de Ortiz Lara.
