Los fans del fallecido actor de spaghetti western Bud Spencer inauguraron el sábado una estatua en su honor, pero no en su Italia natal, ni en la Almería española, donde se rodaron algunas de sus películas, sino en Hungría, donde era objeto de un verdadero culto.
La estatua de bronce, de unos 2 metros de alto y que representa al actor italiano de cowboy, con la silla de montar a la espalda, fue desvelada en una calle peatonal de Budapest en presencia de las dos hijas de Spencer, nacido con el nombre de Carlo Pedersoli en 1929.
Tras su muerte, en junio de 2016, a la edad de 86 años, el homenaje propuesto en la Alcaldía de la ciudad por la escultora Szandra Tasnadi recibió la aprobación entusiasta de las autoridades. Budapest ya cuenta con un parque bautizado con el nombre del actor.
Los spaghetti western que rodó el personaje con su inseparable compañero Terence Hill entre finales de la década de 1960 y principios de 1970, algunos de ellos en el desierto de Almería (sur de España), fueron curiosamente muy populares en la Hungría comunista de esos años, cuyo régimen los consideraba inofensivos.
“Era un poco de Occidente, de la libertad, a la que podíamos tener acceso”, explicó a la AFP Ignac Pal, un tendero de 43 años que acudió a la inauguración.