La vida cotidiana de cientos de personas que sobreviven mediante la recolección de desechos se intercala con escenas del interior de una fosa común en Hambre y Tierra. Dirigida por Patricia Orantes, esta obra, concebida luego de una investigación documental y de campo, es una creación del Laboratorio Teatral de Artes Landívar. Véala hoy y mañana a las 19:00 en el Centro Cultural de España, 6a. avenida 11-02, zona 1. Costo Q30.
Trabajo de campo
Hambre y tierra muestra a dos hombres y una mujer que a diario trabajan entre los desechos en busca de objetos que puedan venderse, pero también desperdicios para subsistir. Sin embargo, con estas acciones ponen en peligro su vida, pues además de adquirir infecciones, los riesgos de incendios y derrumbes son una constante.
Para esta puesta en escena, Noé Roquel, Esvin López y Mariam Arenas, literalmente, se pusieron en la piel de sus personajes. Los actores decidieron vivir la experiencia de un recolector y disfrazarse para ingresar en el Relleno Sanitario de la zona 3. “Queríamos llegar a la médula de un tema tan olvidado”, señaló Patricia Orantes.
Más allá del vertedero, esta obra se adentra en otro cuadro. Con ayuda de las luces, el montaje crea un juego de escenas que nos trasladan a un ambiente desolado, en el que tres almas que no recuerdan su nombre esperan la llegada de sus familiares. Mas, nadie los rescatará, pues fueron inhumados sin identificar. Para esta tarea, el equipo teatral se trasladó al Cementerio La Verbena, donde encontraron fosas comunes que los ayudaron a conectar la trama. “Es una historia de dos mundos, de una cruda realidad que se ha ignorado por muchos años”, expresó Orantes.
Memoria
“Como seres humanos, ¿qué nos toca frente a este tipo de situaciones?”, se preguntaron los integrantes del laboratorio durante este ejercicio. Para completar su investigación, acudieron a la Fundación de Antropología Forense de Guatemala y al Archivo Histórico de la Policía Nacional. “Realmente, Hambre y Tierra es la manera de tener presentes a todas estas personas”, concluyó Orantes.
