Por: Douglas Abadía
En Sociología, la burocracia es una estructura organizativa caracterizada por procedimientos regularizados, división de responsabilidades y especialización del trabajo, jerarquía y relaciones impersonales. Una burocracia, hipotéticamente y en forma ideal, constaría de varios niveles de dirección, que requerirían muchas aprobaciones con firma para la toma de cualquier decisión. Una segunda característica de muchas burocracias, es la suma dificultad para despedir a los empleados; a modo de ejemplos de las burocracias cotidianas se pueden mencionar las de hospitales, tribunales, iglesias, escuelas y empresas, tanto públicas, como privadas. Hoy en día la burocracia asume papeles más importantes ya no solo en el rol de las funciones del Estado, sino también en las Corporaciones y grandes empresas, debido al desarrollo y especialización del trabajo que han tenido estas, superando incluso a la de los Estados; se suele denominar a este tipo de burocracia en las empresas privadas: burocracia corporativa.
Según Max Weber, el concepto tiene connotaciones más positivas, considerándola una forma de organización más racional que las anteriores, que caracterizó de carismáticas y tradicionales, definió a la burocracia, como una forma de organización que realza la precisión, la velocidad, la claridad, la regularidad, la exactitud y la eficiencia, conseguida a través de la división prefijada de las tareas, de la supervisión jerárquica, y de detalladas reglas y regulaciones. Según Weber, puede degenerar en: a) La jerarquía vertical de autoridad puede llegar a ser caótica; b) Las competencias pueden ser poco claras y usadas contrariamente al espíritu de la ley; y c) Ausencia de meritocracia, entre otras.