La lectura es fundamental para el acceso, adquisición, trasmisión del conocimiento e indispensable para que una persona pueda desenvolverse con éxito en la sociedad.
Cuando nos sumergimos en la lectura, aprendemos, disfrutamos, viajamos y soñamos, pero lamentablemente uno de los obstáculos que enfrentamos en la cotidianidad y que nos resta el impulso de leer, son los problemas personales de diferente índole.
Sin embargo, el hábito de la lectura nos proporciona las herramientas para analizar los problemas desde diferente perspectiva y así, encontrar posibles soluciones.
Está comprobado que la lectura es un proceso complejo e integral que abarca diferentes niveles del pensamiento. Entre estos, el análisis y la capacidad de crear, es decir, que nos permite desarrollar nuestra creatividad y, con ello, la habilidad de pensar en un abanico de posibilidades para resolver un mismo problema. En fin, la lectura nos hace competentes, no solamente en el ámbito intelectual, sino para la vida. Contamos con una mente que funciona como una computadora: entonces llenémosla con información positiva y fructífera, lo cual nos permitirá llenarnos de optimismo para seguir luchando.
Disponemos de tiempo para alimentar nuestro cuerpo, para relajarnos, para dormir o para trabajar; si en nuestro lugar de trabajo como funcionarios públicos disponemos de una mente abierta y positiva esto nos permitirá realizar nuestras actividades diarias con gusto y armonía.
Además, la relación con nuestros compañeros de trabajo se nutre y se fortalece, esto lo logramos si tenemos el hábito de lectura, pero de lectura previamente seleccionada y provechosa.
Es primordial para nuestra vida adquirir el hábito de la lectura dedicando por lo menos 30 minutos diarios, no importando nuestro ritmo de lector o nuestro nivel educativo.
Es necesario ser perseverantes y comenzar a descubrir el tipo de lectura de nuestro interés, pues así nos sentiremos motivados a continuar.
Leer nos permite el acceso a la información, pero también, nos desarrolla el juicio crítico para interpretar la misma.
Queda la invitación para reflexionar sobre nuestro tiempo de ocio y transformarlo en útil, esto lo podemos alcanzar a través de la formación de un hábito de lector en el cual nos beneficiemos, creciendo de forma personal, mejorando nuestra calidad de vida, nuestras relaciones interpersonales y nuestro desempeño profesional.
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