sábado , 23 noviembre 2024
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“Mi padre volverá por una decisión afectiva y política”

Aún no hay fecha para repatriar de Francia los restos de Miguel Ángel Asturias ni se ha decidido un lugar para que moren a perpetuidad en Guatemala. Sin embargo, se prevé que los trámites no se extiendan más de un año, según el hijo del Nobel de Literatura 1967 y Lenin de la Paz 1966.

En los párrafos siguientes se sintetiza una agradable plática con este ingeniero electromecánico que, pese a vivir en la capital de Argentina desde 1958, no ha perdido la chispa ni el acento chapín.

Desde que los civiles regresaron al poder, en 1986, varios gobiernos, incluidos los de Jimmy Morales y Alejandro Giammattei, quisieron repatriar a su papá. ¿Por qué su familia sí accedió con Bernardo Arévalo?

Fue una decisión afectiva y política, con la que hubieran estado de acuerdo mi padre y mi hermano Rodrigo (el fallecido comandante guerrillero Gaspar Ilóm, personaje de Hombres de maíz). Creo que Miguel Ángel Asturias ayudará a fortalecer a este Gobierno, al cual apoyamos.

Aunque no se sabe cuándo retornarán los restos, ¿no le parece que son fechas simbólicas propicias el 19 de octubre, día de su nacimiento, o el 20 de ese mes, por el aniversario de la Revolución?

Sería hermoso que volviera en este año que el gobierno de Bernardo Arévalo ha decretado en su honor, pero no sabemos cuánto tiempo llevarán los trámites en Guatemala y Francia, los cuales vamos a apresurar.

Entrevista a Miguel Ángel Asturias Amado, hijo del premio nobel Miguel Ángel Asturias.

¿Y dónde le gustaría que descansara? ¿En el Cementerio General, en el gran centro cultural que lleva su nombre…?

Hemos vistos algunos lugares, pero no puedo dar información hasta que los tengamos seguros, porque no sabemos si puede estar en algún sitio que no sea un camposanto.

Este año deberá aprovecharse para divulgar la obra de su papá, la cual, es innegable, no tiene suficiente alcance.

Sí, incluso en idiomas mayas, aunque son difíciles de traducir, pero ya tenemos colaborando al Ministerio de Cultura. Quiero se traduzca al menos en cinco de esos idiomas, libros como Leyendas de Guatemala (editada por primera vez en 1930) en k’iche’ y otro que se está perdiendo en Petén

Ese ministerio y el de Educación deben comenzar a introducir a los patojos en Miguel Ángel Asturias, pero de una forma didáctica, no agresiva, para que les dé placer leerlo.

Como las cartas que su papá les mandó a usted y a su hermano mientras vivían en México, en 1947, durante el gobierno de Juan José Arévalo.

Mi papá era agregado cultural en México enviado por el papá del actual presidente, donde vivía con mi hermano Rodrigo (8 años) y yo (6 años), pero tuvo que regresar a Guatemala por algunos trámites. Todas las semanas nos escribía una carta en la que había un saludo y nos contaba un cuento.

Cuando a los 17 años llegué a Buenos Aires, a pedido de mi papá, pasé “en limpio” El Alhajadito y allí se incluyeron las cartas que se llamaron Los Cuentos de Cuyito, pues así me decían en mi familia. Años después los separé y los publicamos en la editorial Piedra Santa.

Su papá vivió la mayor parte de su vida fuera del país: Francia, México, El Salvador, Argentina…

Lo último fue de lo más duro. Después de la contrarrevolución de 1954, Carlos Castillo Armas destituyó a la mayoría de los diplomáticos, incluido mi papá, quien llegó a Argentina sin pasaporte ni nada. En ese país le dieron un documento que se llamaba “Pasaporte de no argentino”, que era para las personas sin patria.

¿Y con ese documento regresó a Guatemala?

En 1959, con un salvoconducto de 10 días, él viene al país y recibe homenajes por sus 60 años, de parte de la Universidad de San Carlos de Guatemala y de asociaciones de estudiantes y trabajadores.


Gobernaba el coronel Miguel Idígoras Fuentes, padrino de bautizo de su hermano Rodrigo.

Él y mi papá eran compadres.

¿Cuándo fue la última vez que estuvo en el país?

En 1966, después de haber recibido el Premio Lenin de la Paz (galardón de la disuelta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) y haber sido nombrado embajador de Guatemala en Francia por el presidente Julio César Méndez Montenegro. Las calles estaban llenas de gente saludándolo y un grupo de indígenas lo designó “Hijo Unigénito de Tecún Umán” y recibió un bastón de mando.

¿Y dónde está ese bastón, además del pergamino y el medallón del Nobel?

Siempre lo colocaba en la cabecera de su cama, pues era el reconocimiento que más amaba. Desde que murió está junto con los otros galardones en la Biblioteca Nacional de Francia y estamos haciendo trámites para que vuelvan a Guatemala.

Voy a hacer una comparación exagerada, pero en ese tiempo su papá era tan famoso como el Rey Pelé.

Dentro de las charlas que doy en Guatemala las preguntas más difíciles son las que me hacen los patojitos. ¿Díganme quién es el mejor jugador del mundo?, les pregunto, y todos me responden que Messi. Por eso puedo decir que Miguel Ángel Asturias fue el Messi de la literatura.

¿Ha leído toda su obra?

Las novelas, sí, pero hay muchos artículos periodísticos que no conozco, donde hablaba de la vida diaria, o sus crónicas de viajes. Puedo asegurar que ahora se publican sus libros en muchas partes del mundo y me llegan ejemplares en diferentes idiomas.

Hay una entrevista con Miguel de Unamuno, de cuando su papá era joven…

Tengo la correspondencia que intercambiaron, incluso una carta en la que mi papá le pide apoyo para la Universidad Popular, la cual fundó con otros estudiantes
universitarios.

De esa época es la tesis de abogado (“El problema social del indio”), por que aún califican de racista a su papá.

Mucha gente quiso poner a mi padre en contra de las comunidades indígenas. La tesis es un documento sociológico sobre problemas reales que existían en Guatemala, y él denunció las condiciones de explotación de los indígenas, además del analfabetismo y alcoholismo en que vivían.

En otro tema, la casa donde vivió su papá, en el barrio de Candelaria, está muy deteriorada. ¿No le parece que sería un buen sitio para un museo?

Yo soy el dueño de esa propiedad y me da tristeza que se está viniendo abajo, pues hasta ahora nunca hemos tenido apoyo de ningún gobierno.

Queremos reconstruirla y convertirla en un pequeño museo y que sea la Casa Cultural Miguel Ángel Asturias. Es un proyecto que requiere fondos, los que vamos a comenzar a buscar en Guatemala y el extranjero.

Su papá será el personaje más relevante en regresar al país en las últimas tres décadas, como ocurrió en octubre de 1995 con los restos del coronel Jacobo Árbenz Guzmán.

Eso fue apoteósico.

Por último, hay una frase que se atribuye a su papá sobre que “en Guatemala solo se puede vivir borracho”.

Usted la dice muy educado, pues la frase es vulgar. Conociendo el vocabulario de mi padre le puedo decir que él nunca habría dicho eso, pues él sufrió mucho al país pero amaba a Guatemala.

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